— China y Estados Unidos empezaron este miércoles en Washington, una nueva ronda de conversaciones de alto nivel para abordar sus diferencias sobre cuestiones económicas y comerciales pendientes.
Las conversaciones constituyen un paso significativo en la implementación de los importantes consensos alcanzados por el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, durante una cena de trabajo sostenida el pasado 1 de diciembre en Buenos Aires, Argentina.
Los dos jefes de Estado acordaron en ese entonces que ambas partes deberían tratar de alcanzar, en cuestión de 90 días, un acuerdo de beneficio mutuo y ganancias compartidas para poner fin pronto a su fricción comercial de meses de duración caracterizada por aranceles masivos impuestos a las importaciones del otro.
Las conversaciones de hoy se iniciaron poco después de las 09:00 hora local (14:00 GMT) en el edificio de la Oficina Ejecutiva Eisenhower que forma parte del complejo de la Casa Blanca, luego de una breve sesión abierta a la prensa.
Todas las discusiones y negociaciones se llevarán a cabo a puerta cerrada.
La delegación china, que llegó a Washington el pasado lunes, está encabezada por el viceprimer ministro Liu He, e incluye también a altos funcionarios de importantes sectores económicos del gobierno chino.
Por su parte, el equipo de Estados Unidos está a cargo del representante comercial, Robert Lighthizer, e incluye, entre otros, al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
La Casa Blanca señaló que la parte estadounidense da la bienvenida a la delegación china y que el presidente Trump tiene previsto reunirse mañana jueves con el vicepremier chino.
El mundo sigue muy de cerca estas conversaciones y muchos esperan que se logre cierto progreso sustancial y positivo.
Analistas han advertido que la prolongada tensión comercial entre las dos mayores economías del mundo no sólo tendría un impacto en sus propios negocios, trabajadores y consumidores, sino que también avivaría los temores del mercado internacional respecto a la incertidumbre y la disrupción, y socavaría la confianza en el crecimiento económico mundial a largo plazo.
China reconoce que las conversaciones no serán fáciles, dada la complejidad y dificultad de ciertos temas en disputa.
Aun así, sostiene que no habrá problemas irresolubles entre los dos países, mientras ambos tengan en mente los grandes beneficios de la cooperación y muestren sinceridad y respeto mutuo en la mesa de negociación. (Información Agencia Xinhua).