Según la Organización Mundial de la Salud, 850 millones de personas en todo el mundo padecen enfermedades renales por diversas causas. De igual manera, el estudio de carga global de enfermedad del 2015 estimó que 1.2 millones de personas murieron por insuficiencia renal, reflejando un incremento del 32% en comparación con el 2005.
Los riñones funcionan como un sistema de recogida y eliminación de residuos. El cuerpo humano no utiliza todo lo que ingiere, por lo tanto se producen diariamente residuos que circulan por la sangre, junto con otros productos de desecho que fabrica el organismo de forma natural. Los riñones filtran la sangre y eliminan a través de la orina los productos de desecho y el exceso de líquido que se acumulan en el organismo.
En Colombia, según reportes de la Cuenta de Alto Costo (CAC), en el 2017 se registraron 4.124.668 millones de personas con enfermedad renal crónica o alguna de sus enfermedades precursoras como diabetes e hipertensión, de las cuales fallecieron aproximadamente 79.000 mil personas, lo que representa un incremento del 45 % con respecto al 2016.
A propósito de la celebración de la semana mundial del riñón, la doctora Nancy Yomayusa, médica especialista en Nefrología y Directora General del Instituto Global de Excelencia Clínica de Keralty, hace un llamado para cambiar el paradigma centrado en la enfermedad que fragmenta a los seres humanos en órganos y células, hacia una visión de salutogenica que permita generar modelos de cuidado centrado en las necesidades legitimas de las personas y que garanticen salud y bienestar para los individuos, familias y comunidades.
Según la doctora Yomayusa, “El tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible, invita a garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todas las edades, a través de estrategias contundentes que impacten en el medio ambiente, la gobernanza y la sociedad. En ese sentido, no podemos pensar en los riñones como órganos aislados, porque las personas son más que órganos. Si lo analizamos de esa manera, comprenderemos los riñones como parte de una gran orquesta cuyo objetivo es la obra maestra de la salud y bienestar para todos”. A continuación, siete recomendaciones para la salud renal.
¿Qué hábitos son fundamentales para cuidar y mantener sanos los riñones?
1. La actividad física es la clave: existe una fuerte evidencia científica que indica que el ejercicio vigoroso sistemático y continuo, entre 150 a 300 minutos a la semana, tiene impacto no solo en la reducción de riesgo de enfermedad renal, sino que retrasa su progresión, así como le reducción del riesgo de las enfermedades precursoras como la diabetes, la hipertensión arterial, además de enfermedades cardiovasculares, incluso cáncer de mama, vejiga, endometrio, esófago, riñón, pulmón y estómago.
2. Atención al azúcar: alrededor de la mitad de las personas que tienen diabetes desarrollan daño renal, por lo tanto, es importante que las personas con diabetes se realicen exámenes regularmente para verificar su función renal. El daño renal causado por la diabetes se puede reducir o prevenir si se detecta a tiempo. Pero si no eres diabético también es importante restringir el azúcar, es una medida saludable.
3. Controlar la presión arterial: aunque muchas personas pueden estar conscientes de que la presión arterial alta puede provocar un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón, pocos saben que también es la causa más común de daño renal.
A medida que avance la edad, aumenta el riesgo de hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares que son factores de riesgo para enfermedad renal. A su vez, la enfermedad renal es un factor de riesgo potente para generar enfermedad cardiovascular e infarto que puede llegar a comprometer la vida.
4. Alimentación sana y control del peso: la ingesta recomendada de sodio es de 5 a 6 gramos de sal por día (alrededor de una cucharadita). Para reducir el consumo de sal, se debe procurar limitar la cantidad de alimentos procesados y no agregar sal a los alimentos. Será más fácil controlar la ingesta si la comida es preparada en casa con ingredientes frescos.
5. Mantener una ingesta de líquidos saludable: el consumo de agua ayuda a los riñones a eliminar el sodio, la urea y las toxinas del cuerpo, lo que, a su vez, da como resultado un “riesgo significativamente menor” de desarrollar una enfermedad renal crónica.
Existe suficiente evidencia científica que demuestra que la ingesta de 1,5 a 2 litros de agua, de manera pausada y moderada durante el día, reduce el riesgo de Enfermedad Renal Crónica. Las personas que ya han tenido un cálculo renal, deben consumir de 2 a 3 litros de agua diariamente para disminuir el riesgo de formación de nuevos cálculos.
6. Fumar también afecta los riñones: fumar frena el flujo de sangre a los riñones. Cuando menos sangre llega a los riñones, más se afecta su capacidad para funcionar correctamente. Fumar también aumenta el riesgo de cáncer de riñón en aproximadamente un 50 por ciento.
7. No se auto medique: el consumo de los antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, ketoprofeno, o aún las modernas moléculas inhibidoras de COX-2, se asocian a daño renal si se toman regularmente y sin control por un médico.