Carlos Vecchio, el representante diplomático de Juan Guaidó en Estados Unidos, quien tomó el control de la oficina de la embajada militar de Venezuela en Washington y de otro edificio que en el pasado albergó la oficina de la embajada castrense y naval, así como del consulado en Nueva York.
“El día de hoy les informo a todos ustedes que estamos tomando el control de tres activos de la República”, dijo Vecchio en la sede de la agregaduría militar venezolana durante una rueda de prensa.
Vecchio explicó que la toma de la oficina de la embajada castrense fue posible gracias al coronel José Luis Silva Silva, quien en enero anunció que como agregado militar de la embajada de Venezuela había decidido jurar lealtad a Guaidó como presidente interino venezolano y romper filas con el gobernante Nicolás Maduro.
El coronel estuvo presente en la rueda de prensa, que inicialmente iba a celebrarse fuera del edificio, pero que tuvo que ser trasladada al interior debido a la ruidosa protesta de un grupo de activistas, que llamaron “ladrón” a Vecchio mientras sostenían pancartas con mensajes como “Las manos fuera de Venezuela”.
Vecchio indicó que la operación para hacerse con el control del consulado de Nueva York está liderada por Gustavo Marcano, quien cumple las funciones de ministro consejero en EE.UU. y fue alcalde del municipio Diego Bautista Urbaneja, ubicado en Lechería, en el estado de Anzoátegui (este de Venezuela).
“Esto forma parte de nuestra campaña para preservar los activos de la República”, subrayó.
El venezolano también aseguró que se “está dejando constancia legal de las condiciones en las que se están recibiendo los inmuebles” y aludió a las malas condiciones en las que se encuentra el edificio en ruinas que alberga la antigua agregaduría militar y naval, ubicado en el número 2437 de la Calle California, al lado de la actual agregaduría castrense.
Vecchio aseguró que el Gobierno de Nicolás Maduro intentó vender ese inmueble, que en un principio funcionó como agregaduría militar y naval y era propiedad del Ministerio de Defensa, aunque luego fue transferido al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Antes de dar inicio a la rueda de prensa, Vecchio guió a la veintena de periodistas y cámaras de televisión a través de ese edificio para que vieran las paredes desconchadas, las tuberías descubiertas en algunas habitaciones, la suciedad y la ausencia de ordenadores o archivos, que según dijo fueron “robados”.