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SIP advierte que con represión y censura no se puede celebrar el Día Mundial de la Libertad de Prensa en América

Este viernes la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) afirmó que no se puede celebrar el Día Mundial de la Libertad de Prensa, «la mejor aliada de la democracia», en un continente en el que los periodistas son asesinados, agredidos o apresados y hay represión y censura.

«Este 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, no es un día para celebrar en nuestras Américas», afirmó la presidenta de la SIP, María Elvira Domínguez, directora del diario colombiano El País de Cali.

En un mensaje con motivo de la fecha, Domínguez mencionó como razón para «no celebrar», el hecho de que «los periodistas Miguel Mora y Lucía Pineda siguen presos en Nicaragua sin el debido proceso».

«No podemos celebrar cuando los regímenes autoritarios de Daniel Ortega (Nicaragua), Nicolás Maduro (Venezuela) y Miguel Díaz-Canel (Cuba), reprimen, censuran la libertad de prensa, la libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a la libertad de reunión y a manifestarse de forma pacífica», agrega.

Domínguez dice que «mucho menos» se puede olvidar en este día que desde mayo de 2018 han sido asesinados 26 periodistas en México, Brasil, Colombia, Honduras y Estados Unidos, «crímenes perpetrados por funcionarios corruptos, bandas del crimen organizado y delincuentes que han querido silenciar sus denuncias».

«Tampoco podemos tener tranquilidad cuando en países como México el sistema de protección y seguridad de periodistas ha fallado y es ineficiente. No podemos estar satisfechos cuando la mayoría de los crímenes contra periodistas permanece en la impunidad total».

A la SIP, con sede en Miami, le preocupa que «en casi todos los países existen campañas de estigmatización, enarboladas por líderes democráticos, que buscan restar credibilidad a la prensa para gobernar con mayores comodidades».

Domínguez denuncia que así viene «ocurriendo en Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Estados Unidos».

«No podemos tener sosiego -agrega- cuando las libertades de prensa y de expresión están asediadas por discusiones violentas que se dan en las redes sociales, así como por la polarización, por la diseminación tendenciosa de información que busca torcer elecciones mediante noticias falsas diseminadas por batallones de bots y cibermilitantes, acciones que ya se han incorporado como mecanismos normales en procesos electorales».

Tampoco hay motivo para celebrar cuando en Venezuela no se respeta «el derecho de los venezolanos a acceder a información a través de cualquier medio y plataforma disponible» y se reprime «las manifestaciones ciudadanas».

«Tampoco cuando sabemos que el régimen en Nicaragua ha allanado, clausurado y confiscado medios de comunicación y que por efecto del acoso oficial más de 60 periodistas buscaron refugio en otros países, dice.

Otra de las razones que empañan este día mundial es que «aún existe la tendencia de perseguir a periodistas para que revelen sus fuentes como en Canadá» y «se promueven proyectos de ley que afectarían el ejercicio del periodismo en Chile, Colombia y Costa Rica».

En Argentina, Chile y Costa Rica «se aplica en forma discriminada el derecho al olvido»; en Bolivia «se asfixia económicamente a los medios»; en «casi todos los países» se «restringe el acceso del público a la información gubernamental» y en Perú y Venezuela «se criminaliza la opinión».

Domínguez concluye su mensaje señalando la obligación de la SIP de «redoblar» su compromiso para seguir luchando, «máxime» este año, en el que cumplen su 75 aniversario como organización y están «tan convencidos como siempre que la libertad de prensa es la mejor aliada de la democracia».

El Día Mundial de la Libertad de Prensa fue instaurado en conmemoración de la Declaración de Windhoek, un documento redactado en 1991 durante una reunión de periodistas africanos impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).