El éxito que Bogotá obtiene al rebajar en 1,6 puntos porcentuales la pobreza multidimensional muestra que el trabajo integral de todas las entidades para mejorar la calidad de vida de las personas produce efectos positivos.
El índice de pobreza multidimensional mide las condiciones de las personas en las condiciones educativas del hogar, de la niñez y la juventud, de la salud, del trabajo, de la vivienda y del acceso a servicios públicos.
Y en esos aspectos Bogotá está haciendo la tarea: bajó de 5,9 a 4,3 por ciento entre el 2016 y el 2018, el valor más bajo en la historia de la ciudad, según el informe oficial del DANE. Las cifras de la Alcaldía indican que este porcentaje implica que se redujo en 114.000 personas la pobreza multidimensional en el último año, lo que indica que mejoraron sus condiciones de vida.
Indudablemente estas cifras son el resultado de las inversiones que se han hecho en los últimos tres años. Solo el año pasado fueron 7,6 billones de pesos en las áreas sociales.
Entre las acciones concretar que permitieron llegar a este buen resultado, se pueden resaltar las siguientes:
El acceso a servicios públicos domiciliarios y condiciones de la vivienda: 61 barrios legalizados, 29.291 viviendas de interés social en construcción y 2.000 mejoramientos de vivienda.
Condiciones de la niñez y la juventud: 87 mil niños y niñas menos en trabajo infantil y 184 mil atendidos de manera integral gracias a la Ruta Integral de Atenciones para la Primera Infancia – RIA.
Salud: Prevención y atención de la maternidad y la paternidad tempranas: Logramos disminuir el número de embarazos en menores de 19 años mientras que en 2014 se registraron 17.164, en 2018 la cifra bajó a 10.949.
Salud: Modernización de la infraestructura física y tecnológica en salud que permite una atención pertinente y de calidad: 31 Centros de Atención Prioritaria en Salud.
A eso tenemos que sumarle el impacto de 48 billones de pesos que se están invirtiendo en obras como colegios, hospitales, jardines infantiles y parques, que sin duda aportan al mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos.
Indudablemente todavía enfrentamos el reto de reducir la pobreza monetaria, que está atada a la coyuntura económica y a condiciones generales de la economía.
Lo importante es que la actual administración no ha parado en su empeño por mejorar la vida de todos los ciudadanos y hoy trabaja en identificar e ingresar a los registros oficiales a los 25.000 hogares más pobres y vulnerables de la ciudad, para que accedan a toda la oferta social de la ciudad.