El Bien de Interés Cultural del ámbito nacional, símbolo de la economía y culturas de esta región del país en el siglo XVIII, abrió sus puertas el pasado viernes luego de un poco más año de trabajos que le devolvieron todo su esplendor.

Las obras, en las que se invirtieron más de 4 mil millones de pesos, iniciaron en 2017 e incluyeron la construcción de la sobrecubierta, trabajos de reparación de pañete y pintura a base de cal en los cielos rasos, recuperación de muros y pisos, y cambio de algunas piezas de madera.

El contrato de intervención, que contó con aportes del Ministerio de Cultura superiores a los $1.900 millones, de la Gobernación del Valle del Cauca y de la Alcaldía de Santiago de Cali, incluyó el mantenimiento, la formulación del proyecto de adecuación funcional de la casona, la elaboración de los estudios técnicos y el proyecto de restauración integral del trapiche de la misma Hacienda.

La ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez Camacho, manifestó que “Las obras de restauración de la Hacienda Cañasgordas de Cali es una oportunidad para que los vallunos y los turistas se reencuentren con la memoria colectiva vallecaucana y la Colombia de los inicios de la República. Con iniciativas como esta buscamos fortalecer la función social del patrimonio cultural, con un enfoque de promoción de las identidades culturales desde los territorios”.

Este inmueble, ubicado al sur de Santiago de Cali, construido en el siglo XVIII, es el conjunto arquitectónico rural más importante de esta ciudad. En esta hacienda se organizó el grito de independencia de Santiago de Cali del Gobierno de Popayán, el 3 de julio de 1810.

Por su parte, la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, precisó que “gracias a este trabajo conjunto del Ministerio de Cultura, la Gobernación y la Alcaldía, logramos restaurar este icono tan importante para nuestro departamento, para los vallecaucanos y los colombianos”.

Por su importancia histórica, en 2012 el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural aprobó del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), una herramienta que busca, entre otras cosas, hacer de la Hacienda Cañasgordas un espacio lúdico didáctico en el que los vallecaucanos, los turistas y las instituciones educativas puedan disfrutar de la gran riqueza ambiental y cultural que encierra la hacienda.

“Muchos la conocen por la obra ‘El Alférez Real’ de José Eustaquio Palacios, pero también por la importancia económica e histórica de este lugar. Esta era la hacienda más poderosa, grande y con mayor producción agrícola y ganadera en la región”, afirmó la secretaria de Cultura de Cali, Luz Adriana Betancourth.

El conjunto, declarado monumento nacional mediante Decreto 191 de 1980, hoy Bien de Interés Cultural del ámbito nacional, está compuesto principalmente por la casa de hacienda, el trapiche y los vestigios de la capilla -sector en el cual existe enorme interés arqueológico-.

En la hacienda se destacan elementos que recrean las costumbres de la región, los tiempos de la esclavitud, la arquitectura de la época y la importancia del trapiche, que, movido por la fuerza del agua, producía azúcar.