Gracias a la innovación y a la tecnología cada vez hay más proyectos que se encaminan al aprovechamiento de los recursos naturales para la generación de energía renovable y limpia, a la vez que cada día existen más iniciativas para el reciclaje de materiales. Darle una nueva vida a objetos que han quedado inservibles es fundamental para lograr un planeta sostenible en el que se pueda convivir en armonía en el medio natural.
La economía circular, es un término que ha cogido fuerza en los últimos años y que hoy se presenta como una de las grandes soluciones para frenar el imparable cambio climático. Este tipo de economía, se basa en el aprovechamiento de recursos de una manera ecológica. Siendo así, la reducción, el reciclaje y la reutilización de elementos los principios básicos que rigen este nuevo modelo económico.
Para Marialuz Díaz, docente y consultora ambiental de Cerem International Business School, “cada vez son más las personas que están a favor del concepto “reducir, rehusar, reciclar”, frente al que ha prevalecido en las últimas décadas de “producir, usar y tirar”. El modelo económico lineal es un sistema ineficaz en el tratamiento de los recursos naturales que son cada vez más escasos, una fuente agotable del planeta.”
Producir y gestionar los recursos como se ha estado haciendo hasta la fecha para la obtención de bienes y servicios con una fecha de caducidad mínima, lleva al planeta a vivir una situación que se torna insostenible. Hay que tener presente que en la naturaleza más salvaje no hay vertederos.
Los elementos tienen una misión que cumplen y son posteriormente reutilizados y aprovechados en otras etapas vitales. Utilizar aquellos elementos que, por sus características y propiedades no pueden retornar al medio natural en forma de materia orgánica, es indispensable en la economía circular.
“No solo el aprovechamiento de recursos ya fabricados está dentro de la dinámica de este modelo económico. También, lo que se pretende lograr es utilizar en la fabricación de elementos y bienes de consumo aquellos materiales que sean biodegradables. De ese modo, en el momento que la vida de uso llegue a su fin, estos pueden volver a la naturaleza sin causar ningún impacto medioambiental. Sin embargo, habrá ocasiones en las que no sea posible. Ahí es donde entra en juego la reutilización y el reciclaje. Por ejemplo, componentes electrónicos, metálicos, baterías, etc. Estos pueden ser desacoplados e introducidos nuevamente a la cadena de fabricación de nuevos objetos.” – Afirma Marialuz Díaz.
Pero la economía circular abarca todavía mucho más. No solo está encaminada a mejorar el sistema de producción de bienes y servicios, también busca cambiar los combustibles fósiles por el uso de la energía renovable, usando la diversificación para alcanzar la resiliencia planetaria. Además, persigue generar debates en el sistema de consumo que se vive en la actualidad.
En definitiva, alcanzar una economía circular es posible gracias al I+D+I (Innovación, Desarrollo e Investigación), pero siempre encaminada a desarrollar proyectos e iniciativas que promuevan los valores fundamentales de este nuevo modelo económico como son “reducir, rehusar y reciclar “
Las tres “R” tienen que estar presentes en el día a día de todas las personas. Hay que empezar a cambiar la mentalidad y la conciencia, puesto que planeta solo hay uno, en el que convivimos todas las especies. Un hogar que debe ser cuidado y mimado. El desarrollo sostenible y amigable es posible.