Por: Juan David Escobar Cubides
La reciente decisión de la Corte Constitucional de tumbar los decretos que prohibían el consumo de licor y de sustancias alucinógenas en parques y sitios públicos, ha generado revuelo en la sociedad colombiana. Y no es para menos cuando observamos cada día a nuestros jóvenes perderse en las drogas y en el licor.
Aunque más allá de todo esto, no deja de ser agradable tomarse de manera sana, con algunos amigos, unas cuantas cervezas en el parque poblado o en el parque del periodista. Empero, lo realmente nocivo es tener que soportar- por libre arbitrio, o mejor por capricho de la Corte Constitucional- a una caterva de marihuaneros trabándose en los parques delante de los niños que, comúnmente asisten a estos para su goce, disfrute y recreación. ¡Tiene que prevalecer el bienestar de la infancia sobre la vagancia de los marihuaneros!
Y es que estamos convencidos de que el cuentecito del libre desarrollo de la personalidad no puede ser una camisa de fuerza para que un grupo minoritario de viciosos contamine el medio ambiente sano y la recreación de la primera infancia. El olor a bareta, en sí mismo, fastidia a quienes la consumen, ahora imagínense cómo será para nuestros niños y para aquellos que no la consumen. ¿Cómo les parece la decisión de la Corte? ¡Una completa monstruosidad!
Ahora bien, lo realmente crítico del asunto no es que algunas personas inhieran una cerveza en un parque, porque bien o mal, ello no afecta el transcurso corriente del espacio, en tanto sepan comportarse. Pero lo que sí produce absoluta estupefacción es que la Corte ignore la realidad de las familias colombianas que, con vehemencia reclaman espacios sanos para divertirse con sus pequeños hijos. Y es acá donde vale la pena preguntarnos: ¿Qué pensará la Corte Constitucional de la realidad que tendrá que soportar un padre y una madre al llevar a sus hijos a un parque recreativo en el que permanecen viciosos drogándose a su lado? ¿Será esto ejemplo para las nuevas generaciones? ¿Será justo que ello ocurra? ¿Libertad o más bien libertinaje alcahueta el de la Corte? Ahí se las dejo.
El problema mayúsculo de todo esto es que, infortunadamente, estamos padeciendo un activismo judicial desproporcionado en el que los jueces, según su propia cosmovisión, nos dicen qué está permitido o qué está prohibido, y esto sin lugar a dudas está generando una dictadura jurisdiccional espantosa, porque nuestros magistrados están legislando. Y lo anterior, es consecuencia directa del degradante sistema judicial colombiano. Por ello resulta positivo acudir a una Asamblea Constituyente para reformar el aparato jurisdiccional, dado que, hay decisiones que a todas luces son antidemocráticas. Y esta, no siendo menos, es una de ellas. Pareciere que la intención de los magistrados es joderles la vida a los colombianos de bien. ¡Vaya desgracia!
Conclusión: creemos que no es malo prohibirle a un ciudadano tomarse una cerveza en el parque poblado o en el parque del periodista. Contrario sensu, nos parece un total desacierto que les permitan trabarse y drogarse con sustancias alucinógenas en los espacios diseñados para nuestros niños. ¡Qué horror!
@JuanDaEscobarC