Artunduaga se nos fue; partió este mañana de martes 25 de junio de 2019 a sus 65 años por causa de un infarto fulminante que lo sorprendió mientras se alistaba para ir lo que más amaba: ejercer el periodismo.
Periodista con olfato agudo y como lo decía el mismo, “sin pelos en la lengua”, nació en Villarrica, Tolima, pero fue registrado en Pitalito, Huila. A lo largo de su vida, se dedicó al periodismo político y durante más de 40 años, fue objeto de críticas y censura, por políticos y gobernantes, debido a su estilo periodístico crítico y vehemente, ante las denuncias de corrupción que él exponía en sus espacios radiales y televisivos.
Por nuestra Radio Santa Fe paso en varias ocasiones. Siempre fue su casa y de eso constan la hermanas Bernal que hoy lo recuerdan como uno de los mejores periodistas que ha tenido Colombia con su “Batallón de Amigos”, o “El Pereque” que realizaba junto a Guillermo Díaz Salamanca o “El que busca encuentra”, en donde se dedicaba a buscar lo que fuera, pareja, objetos perdidos, personas desaparecidas, etc.
En el 2018 decidió volver a sus orígenes como lo dijo en una columna: “Hoy me retiro del frío bogotano y me traslado –por un tiempo o por siempre (no lo tengo claro) al Huila de mis orígenes. De allá me vine hace 42 años. O mejor, me trajo con espejo Orlando Cadavid Correa, por entonces el primer director nacional de RCN, la incipiente empresa del grupo Ardila Lulle”.
“Hoy regreso para dedicarme (ya era hora) a mi empresa radial –Huila Stereo y el Sistema AS- que fundé hace 30 años. Lo había previsto, quizá soñado. Lo tenía en mis planes y sucede hoy, porque definitivamente la vida es una tómbola”, dijo en el portal Kien y Ke en donde ejerció como vicepresidente de Contenidos Digitales.
Artunduaga dejó en su haber cerca de veinte libros, entre los que se destacan H.P. Historias particulares de los honorables parlamentarios 2010-2014, Anécdotas y lecciones de periodismo y Finales tristes: crónicas de amor y muerte. Fue reconocido cinco veces con el Premio de Periodismo Simón Bolívar.
Adiós al maestro y como el mismo decía, todo pasa y pasa.