La gran alianza internacional por las familias, conformada por cinco organizaciones internacionales, no gubernamentales, ha atendido en Colombia a más de 8.000 migrantes venezolanos, 60% de ellos niños.

Se trata de las organizaciones Save the Children, Pastoral Social Cáritas, Tierra de Hombres, Plan Internacional – Halü quienes, bajo la coordinación de Aldeas Infantiles SOS Colombia y financiados por Dutch Relief Alliance, implementan a través del Ministerio de Relaciones de los Países Bajos, planes de atención y servicios para mitigar el impacto de la crisis migratoria en Colombia.

La atención está clasificada, según su perfil, en cinco grupos poblacionales: refugiados y migrantes venezolanos con vocación de permanencia en Colombia; refugiados y migrantes venezolanos en tránsito; venezolanos en movimientos pendulares; colombianos retornados; y población colombiana de acogida.

Según lo explicó Helene Boeser, líder de la Respuesta Conjunta a la Crisis de Venezuela – DRA, “Esta es una oportunidad para articular los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales en Colombia, intercambiar experiencias y aunar las estrategias necesarias para atender a las familias que necesitan de asistencia humanitaria por la crisis”.

Las zonas donde se enfocan los servicios de la alianza es donde se presentan las mayores dificultades migratorias: La Guajira (Maicao, Riohacha, Uribia, Paraguachón); Norte de Santander (Cúcuta, Villa del Rosario, Tibú, Puerto de Santander, Los Patios) y Bogotá.

En estas regiones, la atención ha sido enfocada en seguridad alimentaria y medios de vida, salud y nutrición, transferencia multipropósito y protección.

La Guajira, Norte de Santander, Santander y Bogotá, son las regiones donde se desarrollan las acciones que están dirigidas a 8.400 personas, 60% de ellos niños y niñas.

Colombia es el principal país de acogida con aproximadamente 1.235.593 personas. De estas, según el Banco Mundial, cerca del 27% son niños, niñas y adolescentes, y un 3,5% son mujeres embarazadas o lactantes. En temas de educación a la niñez el panorama es crítico: para las personas migrantes de corto plazo (12 meses), el porcentaje de niños no matriculados en instituciones educativas está cerca del 39% y la proporción de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan es de 42%.