Se están tomando medidas frente a las EPS que no están brindado los derechos a los usuarios. Por ejemplo, Capital Salud tiene una vigilancia especial debido al incremento de PQR (Peticiones, Quejas y Recursos) por parte de los usuarios. Actualmente tienen 19.513 PQR con mayor porcentaje en la falta de oportunidades para conseguir citas de consulta médica especializada y tiene en procesos sancionatorios entre 2017 y 2019 y un total de 25 multas por 4.170.151.035 millones de pesos”.
Así lo señaló la delegada de la Protección al Usuario de la Superintendencia de Salud, Nayibe López, durante la Audiencia Pública, ‘¿Qué está pasando con la salud en Bogotá?’ convocada por la senadora Aida Avella, de la coalición Decentes.
La congresista le solicitó a la Contraloría de la República, investigar al alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, y al secretario de Salud del Distrito, Luis Gonzalo Morales, por presunto detrimento de la Nación por el cierre de los CAMI (Centro de Atención Médica Integral) de Tunjuelito, Suba, Ciudad Bolívar, Usme, Bosa, Sumapaz y Quiroga, entre otros, y que fueron cerrados por la administración. “Los instrumentos trasladados, nadie sabe dónde están y las edificaciones abandonadas en una ciudad en la que faltan más de cuatro mil camas hospitalarias. Es muy grave ese detrimento”.
De igual manera, la senadora Avella afirmó que tiene quejas de todas las regiones del país. “Me dicen que están cerradas las posibilidades de recibir en Bogota pacientes de otras ciudades y estamos convencidos que los pacientes y los trabajadores de la salud podemos hacer un excelente proyecto de ley. Estamos interesados en que la salud sea un derecho y no un negocio”.
Esperanza Suárez Pico, de la subsecretaria de Planeación de la Secretaría de Salud de Bogotá, presentó la creación de las Redes Integradas de Salud, que desarrolla cuatro ejes: Gobernanza, integralidad de los servicios, especialización de los servicios y gestión integral del riesgo en salud.
La funcionaria anunció la creación de nuevos hospitales en Usme, Santa Clara y Bosa así como el funcionamiento de nuevos CAPS (Centros de Atención Primaria de Salud) en diferentes puntos de la ciudad.
Manuel González, subsecretario de Salud (E) fue enfático al señalar en su intervención que “se han atendido a más de dos millones de personas abordadas por parte de 4.211 profesionales auxiliares y técnicos en salud que hacen parte del Plan de Intervenciones Colectivas. Hay disminución en mortalidad infantil, menos adolescentes embarazadas, altos porcentajes de vacunación y prevención de desnutrición. Estos son resultados palpables que muestran los avances de la Secretaría de Salud”.
A su turno, Claudia Beatriz Naranjo, docente investigadora de salud, afirmó “que quien debió estar presente en la Audiencia Pública era el Secretario de Salud de Bogotá y no representantes. Bogotá está dividida, es altamente modernizada en un sector y en la otra miseria y pobreza. Esta ciudad lidera en el país los índices de pobreza y miseria”.
“La perspectiva de atención primaria en Bogotá era caminar el territorio universal independientemente de su nivel de la salud y no sólo los de Capital Salud. Bogotá aporta el 25% de los casos de bajo peso al nacer en Colombia. 4.320 casos en 2018, de los cuales el 57% son niñas. Esta administración acabó con el 70% de las acciones de promoción y prevención en casas, colegios, jardines infantiles e instituciones educativas y a punto de acabar este gobierno se presentan cuentas maquilladas de la Red Pública Hospitalaria y Capital Salud. Se impulsan la privatización a través de convenio App-Alianza Público de nuevos Centro Hospitalarios en la ciudad, como el de Bosa, que aumentó ocho veces el presupuesto inicial y por ello considero que se debe realizar un control político de manera urgente en el sector salud, lo que se avanzó en 12 años se perdió en tres”, aseguró Naranjo.
Por su parte, Román Vega, exsecretario de Salud de Bogotá, aseguró que “Colombia es un país profundamente desigual y Bogotá lo es aún más. Tenemos condiciones de vida, de trabajo de la población que debemos transformar para tener una excelente salud. La atención básica primaria es una responsabilidad pública que debe garantizar el Estado”.
El representante de la Central Unitaria de Trabajadores del Sindicato de Seguridad Social, SINDES, Fernando Castro, aseveró en su intervención “que la atención primaria se desmanteló en Bogotá. Los planes de salud pública con los alcaldes Luis Garzón y Gustavo Petro era llevar la salud a las casas, pero la administración del alcalde Enrique Peñalosa acabó con este modelo de salud. El actual modelo de salud está montado para la enfermedad y no para el paciente. Hoy prima la centralización del negocio para que el paciente se desplace hacia los hospitales”.
Jaime Ramírez, del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana, afirmó que “el modelo basado de salud en Colombia es que los enfermos deben llegar a hospitales y lo que se debe es pensar en las necesidades de los pacientes e invertir en un modelo de atenciones domiciliarias de los mismos. Bogotá debería pensar en ello, ya que la movilidad es una de las problemáticas para llegar a los hospitales. Se debe pensar en esquemas de, salud de ir hacia los hogares, con atención primaria y servicios sociales. Esto mejoraría el acceso y la satisfacción de las necesidades sociales”.
Habla la comunidad
Durante el evento participó José Vicente Chacón, activista de la salud, quien dijo: “Una persona con discapacidad o con dificultades de movilización debe rogar para que lo atiendan en el primer piso del hospital y de 72 citas diarias se atienden ahora solo 24. Tenemos dos odontólogos uno de seis horas y otro de cuatro horas. Nos cerraron los centros de salud de San Juan Bautista, Arrayanes y los supuestos hospitales que van a crear como el de Usme hoy no tienen ni los permisos de construcción de los accesos viales”.
Así mismo, Adriana Garzón, representante de la comunidad en condición de discapacidad, manifestó: “Nuestra localidad Antonio Nariño es la más pequeña de Bogotá, tiene 15 barrios y hace más de 10 años el alcalde de la época compró un terreno en el Barrio Santander para construir un centro de salud y hasta el sol de hoy, nada. Seguimos siendo la localidad cenicienta de Bogotá. Por ello queremos que investiguen qué ha pasado con ese elefante blanco”.