Tras la gran jornada de paro nacional que se vivió este 21 de noviembre, empañada por algunos hechos de violencia aislados, la capital de la República siguió manifestándose en contra del gobierno Duque, esta vez a través de un “cacerolazo”.
En varios sectores de Bogotá las familias, con olla de aluminio y cucharón en mano, salieron a las calles para hacer sentir su descontento con la realidad del país. Unos arengan por las pensiones, otros por la muerte de los líderes a nivel nacional, unos por la salud mientras que otros por el medio ambiente; pero todos hacen sentir su voz de protesta.
En las unidades residenciales los vecinos se manifiestaron a través de las ventanas, mientras que otros se reúnieron en torno a los parqueaderos o a los salones comunales.
Cuando se esperaba que el paro terminara, Bogotá se siguió manifestando y mostrando su inconformidad por el presente de Colombia.