Por: Luis Eduardo Forero Medina
El gobierno de Finlandia, país de Europa del Norte, propuso en 2015 dedicar un año entero a cuestiones fundamentales de la seguridad alimentaria y la nutrición a nivel global, por lo que a mediados de 2017 la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) adoptó una resolución en apoyo a la propuesta AISV2020, teniendo en cuenta que las plantas producen el 98 por ciento del oxígeno que respiramos, lo que supone la base fundamental para la vida en la Tierra, y conforman el 80 por ciento de los alimentos que comemos,
derivados de cultivos que en un 40 por ciento se echan a perder anualmente por las plagas que no respetan fronteras, otras viven en un lugar por largo tiempo o se ocultan en productos hortícolas frescos o en su embalaje; ocasionando pérdidas a la economía mundial de cerca de 220 000 millones de dólares EEUU anuales y los insectos invasores unos 70 000 millones.
El objetivo de señalar el Año internacional de la sanidad vegetal (AISV2020) es que todo el mundo aumente la conciencia sobre cómo proteger la salud de las plantas, que puede ayudar a reducir la pobreza, proteger el medio ambiente e impulsar el desarrollo económico, garantizando el acceso al mercado, especialmente para los países en desarrollo, y acabar con el hambre. Según el Banco Mundial, una de cada nueve personas padece hambre crónica, y el 12,9 por ciento de la población de los países en desarrollo está desnutrida. La seguridad alimentaria es un desafío si se tiene en cuenta que el mundo necesita producir alrededor de un 70 por ciento más de alimentos en 2050 para alimentar a una población estimada de 9000 millones de personas.
Unos 600 millones de personas cada año son víctimas de más de 200 enfermedades en el mundo, causadas por enfermedades de transmisión de las plantas, incrementadas notablemente en los últimos años por el comercio internacional, y que afectan principalmente a niños pequeños y poblaciones campesinas en regiones del mundo de bajos ingresos. En la actualidad cerca de 250 millones de toneladas de cereales son objeto de transporte transnacional anualmente.
La afectación alimentaria por las plagas, que igualmente tienen efectos psicológicos (conmoción y pánico), presentes desde el comienzo mismo de la agricultura, puede presentarse durante el periodo de crecimiento; empero los productos almacenados son más vulnerables durante el periodo en que permanecen en bodegas. Algunas de las plagas y enfermedades transfronterizas de las plantas más destructivas son las langostas, la oruga tardía o gusano cogollero del maíz, y la fusariosis del banano, una de las enfermedades del banano más destructivas del mundo, máxime cuando esta fruta y los plátanos son los productos más exportados en el mundo y el cultivo alimentario más importante en los países menos adelantados. Cerca de 400 millones de personas dependen del banano como alimento básico y fuente de ingresos. Otras enfermedades catastróficas de las plantas son las moscas de la fruta, la roya del trigo y las de la mandioca o yuca. En el caso del gusano cogollero del maíz se propaga rápidamente, devorando en cortos periodos de tiempo los cultivos. La langosta del desierto que recorre los continentes en grandes nubes de insectos, están en capacidad de comer su propio peso (unos dos gramos) de plantas cada día; un millón de langostas devoran alrededor de una tonelada de alimentos al día. La Biblia narra las nubes de langostas como una de las diez plagas enviadas por el Creador para devastar Egipto. En cuanto a la roya del trigo, se conjetura que el 37 por ciento del cereal se perjudica por esa enfermedad vegetal. El escarabajo de la patata, fue la segunda plaga más importante de la papa que llegó a Europa en el decenio de 1870. Indica la FAO que “Las plagas y enfermedades invasivas son la segunda amenaza más importante para la naturaleza, debido a su grave impacto en los medios de vida de la población; en la salud de personas, animales y plantas; y en la economía”.
A la hora de fomentar la sanidad vegetal son varios los actores que desempeñan un papel para redoblar los esfuerzos contra las plagas y enfermedades de rápida propagación; los gobiernos empoderando a las organizaciones de protección de plantas e invirtiendo más en investigación y divulgación relacionadas con la sanidad vegetal, dependiendo de la plaga o enfermedad de que se trate; los agricultores en vigilar sus cultivos para que no se infesten de plagas ni los de sus vecinos, incluso en localidades distantes; las personas en general prestando atención al solicitar plantas y productos vegetales a través de Internet o servicios postales, y particularmente los viajeros no transportando plantas y productos vegetales con ellos. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia al respecto recomienda examinar con frecuencia los cultivos, con el fin de detectar oportunamente focos de plagas y enfermedades y generar planes para el control de plagas en las plantas.
“México es un referente que está a la vanguardia en prevenir, controlar y erradicar las plagas que afectan a los vegetales y sus productos en el mundo”, señaló Aristóteles Vaca Pérez, experto en agroindustria.
@luforero4