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Noticias Curiosas

Instituto de Nueva York pidió disculpas por desfile de moda con accesorios ofensivos

Durante la pasarela que ofrecieron los estudiantes recién graduados del Fashion Institute of Technology de Nueva York, varias de las modelos que desfilaron portaron extraños accesorios: enormes orejas, grandes labios y peludas cejas, entre otras cosas, que hacían que sus rostros lucieran grotescos.

De acuerdo con The Washington Post, tales elementos aludían claramente a las exageraciones con las que se ha presentado a personajes de raza negra, por ejemplo las caras ennegrecidas con las que actores blancos caracterizaban a personajes afroamericanos o las representaciones de personas de color con rasgos faciales semejantes a las de los monos.

Esas expresiones visuales han sido consideradas por mucho tiempo como denigrantes, ofensivas y racistas, y los “accesorios faciales” que las modelos portaron fueron deplorados por ello.

Incluso una de las modelos que participó en esa pasarela, Amy Lefévre, afirmó antes de comenzar el desfile que se sentía incómoda y con malestar por la idea de portar esas orejas y bocas enormes, y señaló claramente que le parecían racistas. “Nunca me había sentido así en mi vida”, dijo Lefévre, que es afroamericana, sobre su rechazo a ponerse esos objetos para salir a modelar.

Ella modeló su vestido sin usar esos accesorios, pero otras sí lo hicieron. Y al parecer los organizadores del evento presionaron, sin éxito, a Lefévre para que portara esas prótesis.

El escándalo, con todo, no tardó en estallar y ante la oleada de críticas la presidenta del Fashion Institute of Technology, Joyce Brown, publicó una carta hace unos días en la que pide disculpas por el despliegue de esos accesorios de tono racista en la pasarela de sus alumnos de diseño.

“No parece que la intención original del diseño, del uso de accesorios o de la dirección creativa del evento haya sido hacer una declaración racial, pero es ahora claramente obvio que ese fue el resultado… Por ello pedimos una disculpa a aquellos que participaron en la pasarela, a los estudiantes y a todos los que fueron ofendidos por lo que vieron”, dijo Brown.

Las expresiones artísticas ciertamente con frecuencia, y en ejercicio de su libertad creativa, plantean imágenes, mensajes y acciones que resultan controversiales, punzantes o escandalosas. Y es cierto que en buena medida el arte de gran calado subvierte, sacude y conmueve.

Pero no cualquier ocurrencia llega a la altura del arte y la mera generación de impactos visuales no tiene necesariamente un valor estético. Y resultó deplorable, por añadidura, que los que decidieron el uso de esos accesorios no tuvieran la sensibilidad o el conocimiento para darse cuenta de las implicaciones racistas.

Cada persona valorará si los accesorios prostéticos de la citada pasarela realmente aportaban a la experiencia estética de presenciar el modelado de vestidos o, incluso, si en realidad tenían una conexión conceptual o de alguna clase con los diseños de moda presentados. Y ciertamente no todos tenían connotaciones racistas. Pero varios sí, y sus aristas impropias, que Lefévre detectó rápidamente, resultaron evidentes, le afectaron a ella severamente y ofendieron a muchos.

“Nunca fue nuestra intención que el estilismo del evento fuera interpretado como racista o hiciera sentir incómodo a la gente, pero yo ahora entiendo por completo que eso sucedió… Asumo plena responsabilidad y me comprometo a aprender de esta situación y dar pasos para mejorar…”, dijo en Instagram el director de la Maestría en Diseño de Modas de esa institución, Jonathan Kyle Farmer.