Las autoridades iraníes han dado hasta ahora permiso penitenciario a unos 70.000 presos para evitar la propagación en las cárceles del coronavirus, del que ya se han contagiado en el país 7.161 personas, 237 de las cuales han fallecido.
El Ministerio de Salud informó este lunes de que se han confirmado 595 nuevos contagios, de los que 43 han muerto, siendo estas cifras algo inferiores a la víspera, mientras que 2.394 personas han superado la enfermedad.
La mayoría del total de los enfermos se ha registrado en la provincia de Teherán, con 1.945 casos; seguida de Qom, el origen de la epidemia en Irán, con 742; Mazandarán (633); e Isfahán (601).
Una de las medidas adoptadas para contener la epidemia ha sido dar permiso penitenciario a unos 70.000 presos, según el jefe del Poder Judicial, Ebrahim Raisí, quien explicó hoy que se ha dado prioridad a aquellos con enfermedades crónicas.
“La liberación de los prisioneros continuará mientras no cree inseguridad en la sociedad”, adelantó Raisí.
El jefe del Poder Judicial también aseguró que los tribunales están gestionando “rápidamente” los casos de aquellos acusados de acaparar material médico y de higiene, como mascarillas y desinfectante, para lucrarse.
Estos productos están ahora fabricándose en grandes cantidades en el país, después de que escasearan durante la primera semana de epidemia y sus precios se dispararan.
A nivel local, también se está intentando producir los equipos de diagnostico del coronavirus, que hasta el momento han sido suministrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y países como China.
Estos kits importados son “suficientes para satisfacer la demanda interna durante los próximos dos meses”, señaló hoy Mostafa Ghanei, del comité científico iraní de COVID-19.
Ghanei informó de que los equipos de diagnóstico producidos en el país llegarán al mercado “en el plazo de un mes” y que las autoridades seleccionaron para esta función a cinco del medio centenar de empresas que se postularon.