La Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA, por su siglas en inglés) anunció este jueves que las fechas del torneo Abierto de Estados Unidos se mantienen, mientras que ha establecido un plan de rescate de 15 millones de dólares para financiar sus actividades.
El CEO y director ejecutivo de la USTA, Mike Dowse, en teleconferencia dio a conocer también la reducción de los salarios de los altos ejecutivos en un 20 por ciento durante lo que resta del año como parte de un esfuerzo por proporcionar asistencia de emergencia a la organización.
“Toda la situación cambia en cada momento y no podíamos esperar a ver que es lo que sucede con el Abierto para actuar en el apartado de ayudar a nuestra organización”, destacó Dowse, que tiene un salario anual de 1,3 millón de dólares.
Dowse señaló habían buscado formas de redistribuir dinero para hacer frente a las iniciativas de la organización y última instancia, sea cual sea el resultado final con el Abierto de Estados Unidos, podrán ver que tipo de modificaciones hacen en relación al plan inicial de ayuda de los 15 millones de dólares establecidos.
Al referirse en concreto a la disputa del Abierto, Dowse reiteró que esperaba que se tomara una decisión oficial definitiva a principios del verano, a menos que los decretos gubernamentales cambien esa línea de tiempo.
La USTA no ha descartado posponer el evento a una fecha posterior en el 2020, pero actualmente mantiene la original del 24 de agosto al 13 de septiembre.
“Todavía no tenemos una fecha establecida en la que tomar una decisión final porque las cosas están cambiando muy rápido”, valoró Dowse. “Preparar el torneo no es algo fácil y por lo tanto consideró que a finales de junio deberemos tener ya la respuesta definitiva”.
Las instalaciones cubiertas en los terrenos del Centro Nacional de Tenis Billie Jean King, de Flushing Meadows (Queens), se están utilizando actualmente como hospital médico temporal con 470 camas, y distribución de comidas.
Pero Dowse dijo que los preparativos aún podrían terminarse para el torneo, que se juega en canchas al aire libre y estadios en otros lugares de la pista central Arthur Ashe Stadium, que está cubierta.
El máximo responsable de la USTA tampoco quiso especular de cómo se tendría que disputar el torneo, en el sentido de si se iba a permitir a los aficionados en acceso a los campos, algo que los expertos en salud del país han rechazado por completo.
“Creo que tendremos una visión más completa y real cuando a finales del mes de junio sea necesario establecer una decisión definitiva sobre el futuro del torneo”, señaló Dowse.
El máximo responsable de la USTA adelantó que con la reducción de salarios ya tienen garantizados 20 millones de dólares que serán destinados en su totalidad a financiar a las instalaciones de tenis estadounidenses, profesionales de la enseñanza y tenis de base, además de otras organizaciones.
Se espera que el resto de los fondos se destinen a esfuerzos de apoyo como asesoramiento telefónico para hacer frente a los efectos emocionales de la pandemia o la consulta legal para aquellos que desean reclamar la ayuda del gobierno proporcionada a través de la Ley de Cuidados.
Junto a Dowse, expresidente de Wilson Sporting Goods, que el pasado enero se hizo cargo de la USTA, Stacey Allaster, directora ejecutiva de la división de tenis profesional de la USTA es la segunda mayor ejecutiva que hay dentro de la organización y recibe un salario de más de 900.000 dólares anuales.
Dowse dijo que los directores y directores generales de la USTA tendrán unos recortes salariales del 15 por ciento y el de los gerentes será del 10 por ciento, mientras que el total de los afectados por la reducción de salario será un poco más del 40 por ciento de la organización.
El máximo responsable de la USTA recordó que el Abierto de Estados Unidos es la principal fuente de financiación para la organización que preside y que supervisa el deporte del tenis a través de todo el país.
El torneo del Abierto de Estados Unidos, uno de los cuatro grandes de la temporada, deja unos ingresos de más de 400 millones de dólares cada año.
A diferencia de Wimbledon, el más antiguo de los torneos de Grand Slam, que se canceló por primera vez desde 1945, el Abierto de Estados Unidos no tiene un seguro pandémico para cubrir algunas de sus pérdidas.