Opinión

La receta de Paul Romer

por Mauricio Botero Caicedo
Paul Romer, el académico estadounidense y Premio Nobel de Economía, es posiblemente uno de los economistas más influentes de nuestra época. A diferencia del payaso de Joseph Stiglitz, que en todas sus mediocres opiniones se basa en la tercera parte de un Premio Nobel que recibió hace muchos años, las opiniones de Romer son serias y bien fundadas.

En una entrevista con BBC Brasil, Romer, profesor en la Universidad de Nueva York, dijo que la respuestas económicas convencionales para combatir una recesión no van a funcionar hasta que las personas puedan volver a trabajar con seguridad.”Es un desperdicio de recursos intentar que las personas vuelvan al trabajo si no se ha encontrado la manera de que sea seguro volver a trabajar”, dice Romer. Agrega que la crisis generada por la pandemia puede ser peor que la Gran Depresión “si los gobiernos no actúan rápidamente para asegurar que las personas vuelvan a trabajar con seguridad”.

El economista estadounidense critica la posibilidad de crear “pasaportes de inmunidad”, una opción que se ha considerado en países como Brasil y Reino Unido, para permitir la circulación de personas que se han recuperado de covid-19. Esta medida conduciría , según él, a muchas infecciones y muertes “Esta política no tiene sentido, a menos que usted quiera que la mayoría de las personas en su economía se contagien, entiende que algunas de ellas morirán, y luego, después de eso, dejará que las personas que se recuperen vuelvan al trabajo”.

“Si el gobierno quiere salvar vidas y reanudar la economía, el camino es aumentar las pruebas de coronavirus y la producción de equipos de protección, para que las personas puedan volver a trabajar incluso si el virus está en circulando. Esa es la recomendación del economista Paul Romer, Premio Nobel de Economía en 2018.”

Romer, quien fue economista jefe del Banco Mundial, dice que es nuestra “obligación moral” proteger a los trabajadores esenciales que se están exponiendo al trabajar como enfermeras, médicos, policías y conductores. “Debemos detener todas las otras actividades productivas y dedicar todos nuestros recursos a la producción de equipos de protección que estos trabajadores necesitan para estar seguros cuando interactúan con el público. No estamos luchando lo suficiente para producir el equipamiento que necesitan” dice.

A continuación, los principales apartes de la entrevista.
P: Usted dice que los epidemiólogos deberían centrarse en su área y señalar la cantidad de pruebas necesarias para volver a la normalidad. ¿Qué cree que ellos están haciendo mal y en qué escenario cree que es posible volver a las actividades?
R: Si podemos hacerle pruebas a más gente eso va a salvar vidas y nos ayudará recuperar la economía. Algunos funcionarios públicos responsables de la salud y algunos epidemiólogos dicen que no es factible diagnosticar a más personas, que nunca lograríamos hacer eso.Ellos quieren recomendar otras políticas para contener la pandemia, y eso está bien. Pero no tienen el conocimiento necesario para descartar una política basada en pruebas argumentando que ‘no importa si eso va a contener la pandemia, ya que nunca la adoptaremos, entonces para qué pensar en ello’.
P: ¿Usted cree que pronto habrá capacidad para hacer muchas pruebas? ¿Es factible?
R: Si diagnosticamos a las personas y aislamos a los contagiados podemos, al mismo tiempo, contener la pandemia y proteger a los trabajadores que ya están trabajando (en actividades esenciales), además de aprender cómo hacemos para que más gente vuelva al trabajo.
P: Y quién puede determinar cuántas pruebas se necesitan y decir si es factible?
R: Es un cálculo muy simple: una buena tasa para trabajar en este momento es la capacidad para diagnosticar a toda la economíacada dos semanas. Para obtener la cantidad de pruebas necesarias por día en este escenario, divida la población por 14. Países como Reino Unido y Brasil han planteado la posibilidad de crear “pasaportes de inmunidad”. ¿Usted está de acuerdo?
Esta política no tiene sentido, a menos que usted quiera que la mayoría de las personas en su economía se contagien, entiende que algunas de ellas morirán, y luego, después de eso, dejará que las personas que se recuperen vuelvan al trabajo. Esa política conducirá a muchas infecciones y muchas muertes. Mi propuesta no es hacer pruebas para ver quién se recuperó de la enfermedad. Yo me refiero es a hacer pruebas para ver quién está contagiado. Si usted está infectado, debe estar aislado. Esa es la diferencia entre la prueba de anticuerpos, que puede decir si la persona se ha recuperado; y la prueba de virus, que comprueba si alguien está enfermo o infectado.
P: ¿La solución a esta crisis puede estar en “imprimir dinero “, como han sugerido algunos economistas?
Las respuestas económicas convencionales para una recesión no van a funcionar hasta que las personas puedan volver a trabajar con seguridad. Es un desperdicio de recursos intentar que las personas vuelvan al trabajo si no se ha encontrado la manera de que sea seguro que ellas vuelvan a trabajar. En la producción de equipos de protección individual, ¿es papel del gobierno dar algún tipo de estímulo? Es muy importante que el gobierno haga disponible los equipos de protección individual de la manera más amplia posible y a bajo costo. Esta es la razón: hay personas que ya se van a trabajar – enfermeras, médicos, policías, conductores de ambulancias – y están expuestos al riesgo de infección y muerte. Sii les pedimos que hagan estos trabajos por nosotros, es nuestra responsabilidad y obligación moral protegerlos de la mejor manera posible. Para esto, hay que detener todas las otras actividades productivas y dedicar todos nuestros recursos a la producción de equipos de protección que estos trabajadores necesitan para estar seguros cuando interactúan con el público. No nos estamos esforzando lo suficiente para producir el equipo que necesitan. Otra cosa que no estamos haciendo es examinar a estos trabajadores para que, si un agentes de policía está infectado pero sin síntomas, podamos asegurarnos de que no vaya a trabajar e infecte a muchos otros agentes.
Necesitamos proporcionar equipos para la protección de los trabajadores esenciales y hacerles pruebas con frecuencia, quizá todos los días, para asegurarnos de que no se lo transmiten a sus colegas.
P: ¿Y cómo podría el gobierno estimular esta producción, que usted dice que debe ser amplia y a bajo costo?
R: Si el gobierno destinara el dinero a la producción de equipos de protección, si el gobierno dedicara el dinero a la expansión de nuestra capacidad de hacer pruebas, tendríamos más equipos de protección y tendríamos más pruebas.
Es la curva de la oferta: cuánto más estés dispuesto a pagar, más recibirás. Si no pagamos más, no recibiremos más, y esto significa que no podremos proteger a nuestros trabajadores esenciales.
A las personas se les cobra mucho por ahorrar en tiempos difíciles. Pero vemos muchas grandes empresas que, con dos meses de crisis, recurren al gobierno. ¿Deberían esas empresas recibir ayuda del Estado? Y las grandes compañías que recientemente adoptaron programas robustos de recompra de acciones, ¿deberían los contribuyentes salvarlas también?
El primer paso es: si una empresa necesita más recursos para sobrevivir, debe vender más acciones. La forma en que una empresa obtiene más fondos es vendiendo acciones. En vez de volver a comprar acciones, que es una manera de deshacerse del dinero, la empresa necesita vender acciones. Así, la primera cosa que el gobierno debería decir es: no se presta dinero a las empresas que se estaban deshaciendo de todo su dinero hasta que hagan lo contrario y comiencen a vender más acciones para conseguir más dinero.
P: ¿Existe un paralelo entre esta crisis y la Gran Depresión?
R: Creo que puede ser tan mala como la Gran Depresión. Si los gobiernos no actúan rápidamente para garantizar que las personas puedan volver a trabajar de manera segura, podríamos tener una crisis económica peor que la Gran Depresión.
P: ¿Puede esta crisis cambiar la desigualdad entre países y dentro de los países?
R: Todas estas preguntas son importantes, pero no son tan urgentes como las dudas que enfrentamos sobre cómo salvar vidas, especialmente las vidas de los trabajadores esenciales, que mueren incluso mientras aplicamos nuestra política de cuarentena y aislamiento social.
P: ¿Un posible cambio a nivel de comercio internacional después de la pandemia también es una cuestión secundaria?
R: Insisto en que simplemente no podemos centrarnos en ningún otro problema hasta que nos enfoquemos en este tema de gastar dinero en cosas que salvarán vidas: equipos de protección y pruebas.