–Hace once años, la Organización Mundial de la Salud, OMS, declaró la pandemia del HIN1. Y fue el 3 de mayo de 2009 cuando en Colombia se confirmó el primer caso de esta enfermedad, la cual, guardadas proporciones, causó muerte como las que están ocurriendo actualmente por causa del Covid-19.
En los laboratorios recibió el nombre de (H1N1)pdm09, en las noticias lo presentaban como el AH1N1 y en las conversaciones familiares y de amigos era simplemente gripa porcina. Apareció primero en Estados Unidos (15 de abril de 2009 en California) aunque al comienzo se creyó que había comenzado en México, y así fue expandiéndose por el mundo.
El 3 de mayo de 2009 los laboratorios de Atlanta confirmaron el primer caso de AH1N1 en Colombia. El paciente correspondía a un adulto de 42 años de Zipaquirá con antecedentes de viaje a Ciudad de México. El caso, en ese momento, correspondía al único positivo registrado de 18 muestras enviadas a Atlanta.
Con esto, Colombia se convirtió en el primer país de Sudamérica con casos confirmados. En ese momento, según informes de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo se habían presentado 1.085 casos en 21 países.
Este nuevo virus, el H1N1, contenía una combinación exclusiva de genes de virus de influenza que nunca antes había sido identificada en personas o animales, así lo informó en su momento la OMS: “El análisis de las muestras de laboratorio mostró que el nuevo virus no había circulado nunca antes en la especie humana. Se trata de un virus de origen animal que combina de forma singular genes de virus de la gripe porcinos, aviares y humanos. La composición genética de este virus es muy diferente de la de los virus H1N1 que vienen causando epidemias estacionales desde 1977”.
“Colombia venía trabajando desde 2005 en un plan de preparación para una eventual pandemia de un virus que se denominaba H5N1, que era el virus que comenzaba a mirarse en Asia, sobre todo en Indonesia, como un riesgo grande y con muchas muertes. Habíamos hecho un trabajo desde el Instituto Nacional de Salud, el Ministerio y la Secretaría de Salud con una serie de documentos que buscaban prepararnos para una pandemia de influenza”, cuenta el médico neumólogo pediatra Gustavo Aristizábal.
Después de una alerta mundial sobre una posible pandemia de influenza, se desarrolló un convenio entre el Instituto Nacional de Salud y el Ministerio de Salud para hacer el plan de preparación para mitigar sus efectos.
Cuenta la epidemióloga Maritza González en el libro Héroes de a pie que el plan buscaba que, si la pandemia llegaba, tuviéramos el mínimo de enfermos en el país. “Se esperaba que esta influenza comenzara con una transmisión entre aves, y de ahí pasara a otros animales o a los humanos. Luego habría una mutación en el virus, y comenzaría el contagio de animales a humanos. Si así hubiera sido, probablemente se quedaría en una sola región, pero si el virus adquiría la capacidad de transmitirse entre humanos, lo más seguro es que tuviéramos casos en más de un país. Eso es lo que llamamos pandemia”.
En teoría, dice Aristizábal, que para ese momento era asesor de la Secretaría Distrital de Salud y del INS y luego pasó a coordinar en el Ministerio un grupo técnico de apoyo frente a la pandemia, se había hecho todo un trabajo que incluyó simulacro, sin embargo, “esto que se había hecho en alguna medida sirvió, pero al implementarlo vimos que había quedado mucho en papeles y no había realmente una adecuada preparación para la pandemia”.
Por lo cual, agrega, hubo mucho trabajo de respuesta inmediata. “Se respondió, pero realmente cuando llegó el virus al país sentimos que hubo muchas dificultades, muchas más que las actuales”. En ese grupo técnico que él pasó a coordinar se encontraban neumólogos adultos y pediatras, infectólogos adultos y pediatras, epidemiólogos y salubristas.
Aunque el virus no nos llegó por las aves sino por el cerdo, “teníamos preparado un plan de respuesta a una pandemia, y eso jugó a nuestro favor”, dice Gloria Janneth Rey, que en ese momento era la coordinadora del grupo de Virología del Instituto Nacional de Salud.
El 9 de junio de 2009 se reportó el primer caso de fallecimiento en Colombia, se trataba de una mujer de 24 años en Bogotá. Dos días después la OMS elevó la situación a pandemia y ya 74 países y territorios habían notificado infecciones confirmadas mediante pruebas de laboratorio.
Pruebas que en el país únicamente se desarrollaban en el INS. “Éramos el único laboratorio en el país con capacidad para diagnosticar el nuevo virus. Teníamos que lograr un balance entre prestar un servicio oportuno y, en medio de esa presión, proteger a nuestro personal para que no fuera a infectarse, afirma Rey.
El informe del Ministerio de la Protección Social (llamado así en ese momento el ahora Ministerio de Salud y Protección Social) detalla que desde el inicio de la pandemia, semana 14 de 2009, hasta la semana epidemiológica 35 de 2010, se enviaron al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA) un total de 163.628 notificaciones por virus pandémico AH1N1/09. “4.310 corresponden a casos confirmados por laboratorio, 16.937 corresponden a casos descartados tanto por el laboratorio como criterio clínicoepidemiológico, 2.760 casos probables, 139.621 casos sospechosos”, se lee.
—¿En ese momento la discriminación a los pacientes era un tema complejo?
—Fue muy dramático todo lo que sucedió, sobre todo en la parte inicial —recuerda el doctor Aristizábal—. Las personas estigmatizaban cualquier caso de una manera extrema. Lo que sucedió con el primer caso en Zipaquirá fue algo muy triste desde lo humano, luego también sucedió en la zona de Ciudad Bolívar. Se ha asemejado, ahora en menor medida, con lo que sucede actualmente con los casos por covid-19.
Hasta la semana epidemiológica 31 de 2010 ocurrieron 272 muertes en el país por el virus de las cuales 232 (91,6%) tienen fecha de defunción de 2009, 31 muertes (4,7%) tienen fecha de defunción de 2010, y las 9 muertes restantes (3,5%) no tienen fecha de defunción.
El virus afectó a un grupo de edad más joven cualquiera que fuese el criterio considerado: mayor frecuencia de infección, necesidad de hospitalización, necesidad de cuidados intensivos, y fallecimientos a causa de la infección. En nuestro país los más afectados fueron los grupos de 6 a 15 años y de 16 a 25 años, mientras que los menos afectados fueron los mayores de 65 años.
De las lecciones aprendidas, recuerda el doctor Aristizábal —sus memorias son traídas además a la realidad pandémica en la que nos encontramos ahora a causa del virus SARS-CoV-2—, se encuentran la importancia de trabajar más en capacitación a comunidad sobre los tres mensajes básicos que deberían ser parte del manejo de un pico de enfermedad respiratoria: cómo evito contagiarme, cómo se atiende el enfermo en casa y cuándo debo consultar.
“Entendimos que era muy importante lograr un enfoque de atención extrahospitalaria o instituciones de baja complejidad. Se vio mucho la importancia de tener un sistema de clasificación de casos adecuado, así como la necesidad de tener protocolos adecuados en las instituciones de salud, planes de expansión y tener los equipos y elementos requeridos, en especial el recurso humano”, agrega.
Y, trayéndolo a la actualidad de la pandemia por covid-19 y cómo son las acciones en Colombia, asegura: “el país en estos momentos se alcanzó, así fuera un poco rápido, a preparar mejor. Es posible que la experiencia de 2009 sirviera para esto. En 2009 era un reto lograr que las personas con IRA cumplieran las medidas de bioseguridad y comprendieran y estuvieran atento a los signos de alarma, así como la consulta oportuna. En esta oportunidad sin duda ha sido mucho mejor a pesar de todas las dificultades”.
La causa de la muerte por aquél virus pandémico de 2009, indicó la OMS, fue a menudo una neumonía viral, causada directamente por el virus y difícil de tratar. “En las epidemias estacionales, la mayoría de los casos de neumonía se deben a infecciones bacterianas secundarias, que suelen responder bien a los antibióticos. Aunque muchos de quienes murieron padecían ya antes de la gripe problemas de salud asociados a un mayor riesgo, muchos otros gozaban de buena salud”, afirmó la organización en un análisis posterior a la pandemia.
En Estados Unidos se estimó que de 151.700 a 575.400 personas en todo el mundo murieron a causa de la infección por el virus durante el primer año que circuló. A nivel mundial, la estimación indicó que el 80% de las muertes relacionadas con el virus ocurrieron entre personas menores de 65 años.
El 10 de agosto de 2010, la OMS anunció el fin de la pandemia de influenza H1N1 del 2009. Sin embargo, advierten los CDC, “el virus (H1N1)pdm09 sigue circulando como virus de la influenza estacional y causa casos de influenza, hospitalizaciones y muertes cada año a nivel mundial”.
—¿Qué mensaje deja un hecho de hace 11 años y que recordamos precisamente en un escenario pandémico?
—Una cosa que la gente debe tener claro es que estamos ahora ante una pandemia por coronavirus, pero no hemos superado el riesgo que aparezca un virus mucho más grave por influenza. Las personas deben cumplir las recomendaciones. —Responde el doctor Gustavo Aristizábal.
—¿Siguen existiendo retos?
—El reto más grande para esta pandemia será afrontar situaciones más complejas. Hasta ahora, gracias al esfuerzo que se ha hecho y gran parte del Ministerio de Salud desde información a la comunidad y profesionales de la salud, entidades territoriales, instituciones de salud, redes de atención y grupos decisores del país, nos ha ido bien. El reto es ver cómo terminamos. (Informe Ministerio de Salud de Colombia).