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La líder opositora peruana, Keiko Fujimori, salió de prisión después de tres meses detenida por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht, en virtud de un fallo de un tribunal de apelaciones.
La hija del condenado expresidente, Alberto Fujimori, salió con tapabocas y guantes blancos desde el penal de mujeres de Chorrillos, en el sur de Lima, y abordó un taxi rumbo a su casa, cuatro días después del fallo del tribunal que le concedió la libertad bajo fianza.
Previo a su salida, Keiko, de 44 años de edad, anunció en la red social Twitter que al llegar a su casa en Lima se sometería a pruebas de descarte de la enfermedad de coronavirus antes de reunirse con sus dos hijas.
“Lo primero que voy a hacer después de salir y llegar a mi casa es realizarme una prueba molecular, con el objeto de no poner en riesgo a mi familia. Hemos decidido que mientras no tengamos el resultado de esa prueba, no voy a poder reunirme con mis hijas”, tuiteó.
Canales de televisión mostraron que afuera de su casa la esperaba una persona de un laboratorio privado para tomarle las pruebas de la COVID-19.
Un tribunal de apelaciones le concedió la libertad bajo fianza, por 20.000 dólares, a la dos veces candidata presidencial, pero le prohibió convivir con su marido, el estadounidense, Mark Vito Villanella, debido a que ambos están en investigación en la misma causa.
“Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional Especializada en Delitos de Crimen Organizado, impone mandato de comparecencia restrictiva a Keiko Fujimori Higuchi, previo pago de una garantía económica de 70 mil soles (casi 20.000 dólares) dentro de cinco días hábiles”, había anunciado el Poder Judicial en su cuenta de Twitter.