Iglesia concerta con el Gobierno plan piloto para reapertura gradual y progresiva de los templos
–Como producto de una mesa de diálogo, la Iglesia Católica presentó al gobierno Nacional un plan piloto para la reapertura gradual y progresiva de los templos y la reanudación de servicios liturgicos, en principio en los municipios No Covid-19 del territorio nacional, informó la Conferencia Episcopal Colombiana.
La mesa de dialogo fue designada por el gobierno nacional y los interlocutores fueron representantes de los ministerios del Interior y de Salud, y el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Urbina Ortega; el Secretario General, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero; y el padre Jorge Enrique Bustamante Mora, director de los departamentos de Doctrina y Promoción de la Unidad y el Diálogo de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
En declaraciones al Departamento de Comunicaciones del Episcopado, el padre Bustamante Mora informó que concretamente se han adelantado diálogos sobre la concertación de un protocolo de bioseguridad para implementarse en los lugares de culto de la Iglesia católica, dada su presencia en todo el territorio nacional y su especificidad en sus celebraciones.
Este protocolo fue socializado, retroalimentado y ajustado en las observaciones hechas y luego se presentó para su valoración y aval respectivo por parte del Ministerio de Salud y el Ministerio del Interior.
“Estamos a la espera de la respuesta que emitirán. Así mismo en la mesa de dialogo se planteó la necesidad de realizar un plan piloto previo a la reapertura gradual de los templos”, precisó.
Añadió que de momento se ha concertado que el Plan Piloto se realice en un municipio No Covid-19, en el cual previa concertación entre las autoridades locales se implemente durante unos “tres días o más” las normas contenidas en el protocolo avalado.
En este contexto se sugirió el municipio de Salamina, Caldas, para aplicar inicialmente el Plan Piloto previa autorización de MinInterior.
El padre Bustamente indicó que una vez se tenga la aprobación sobre el protocolo y la implementación del Plan Piloto, este se llevará a cabo en el lugar y fechas que se acuerden con las autoridades competentes.
Una vez culmine esta fase se valorarán los resultados para ajustar el protocolo de acuerdo a los resultados obtenidos, y así poder concertar con las autoridades nacionales las fechas de una reapertura gradual, que deberá tener en cuenta la distinción de municipios No Covid 19, y aquellos con baja o alta afectación Covid 19, subrayó el prelado.
Explicó que el protocolo se enmarca dentro del cumplimiento de las normas de bioseguridad, aterrizadas en la dimensión religiosa en la especificidad de las celebraciones de la Iglesia católica. Pues también se espera por parte del Ministerio del Interior un protocolo marco general para todo el sector interreligioso.
Advirtió que los detalles del protocolo aún no se hacen públicos por la misma circunstancia que se está en la fase de la concertación y por lo tanto alguno de sus apartes es susceptible de posibles modificaciones, ajustes o cambios.
Para no causar confusión deberemos esperar la versión definitiva, complementó.
Señaló que en términos generales en el protocolo se establecen normas para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente sobre bioseguridad, como lo son el distanciamiento social o físico, la respectiva desinfección de los lugares y elementos, el uso de los elementos de protección personal, los procedimientos de comunicación y gestión de diversas situaciones, el aforo respectivo en las diversas fases de la desescalada de esta pandemia.
«Con toda certeza, una vez se cuente con el aval respectivo, las autoridades eclesiales competentes lo socializarán para completo conocimiento», puntualizó.
Añadió que este es, además, un tiempo en que los fieles y sacerdotes, así como los agentes de pastoral lo deben aprovechar para un “alistamiento” para cuando se autorice la gradual reapertura de los lugares de culto.
Además precisó: Es necesario prever elementos necesarios, informar y organizar la comunidad, prever la participación ordenada y segura en cada celebración, entre otras muchas cosas. Es necesario que cada uno tome conciencia de la importancia de mantener el cumplimiento de las normas de bioseguridad por bien propio y en bien de los demás, es importante que cada uno se sepa cuidarse y cuidar a los demás; por tanto es una invitación a los fieles a que asuman con responsabilidad las normas que la Iglesia presente para una participación fructuosa en los misterios de salvación, gozando de esos bienes salvíficos y cuidando de la vida de todos.