Por: Luis Eduardo Forero Medina
La revolución robótica, iniciada en 1954, es considerada la cuarta revolución industrial, donde confluyen el aprendizaje automático, ciudades inteligentes, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, tecnología blockchain de seguridad encriptada, tecnología de registro contable distribuida, y la robótica, entre otras; que siempre ha estado rodeada del mito que por su causa se pierden empleos; sin embargo jamás de los que ha dejado hasta ahora la pandemia de la Covid-19, que arrastró por lo menos 34 millones de empleos, que de acuerdo a la OIT (La Organización Internacional del Trabajo) se perdieron en todo el mundo por esa causa.
La robótica ha estado enmarcada dentro de la ciencia ficción, fantasía del futuro, equiparados los robots a la condición de superhombres, enmarcado en el conocido proceso de “disrupción tecnológica”, y hasta idealizado como una fusión con los seres humanos, que hace 67 años comenzaron a verlos como sus rivales, sus “enemigos”, siendo las máquinas insultadas, ridiculizadas como ahora. Se va a cumplir un siglo desde que J.M. Keynes (1883
1946) predijo en su conferencia “Posible situación económica de nuestros nietos”, que la jornada laboral no se extendería más allá de las 15 horas semanales a partir de 2030; “se abría así, un período de felicidad para los seres humanos”. La UNESCO (La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) enseña que Varios “trucos” permiten que un robot parezca más inteligente y capaz de lo que realmente es, por ejemplo, introduciéndole comportamientos aleatorios que harán que la mascota robotizada sea interesante durante más tiempo. Por si fuera poco, nosotros, los seres humanos, tenemos la tendencia a interpretar el comportamiento de un robot como el de un humano, al igual que lo hacemos con los animales.” En los aeropuertos cuando un viajero pierde un objeto, encuentra ayuda en un robot con quien puede indagar sitio, horarios, tiempo en el cual puede recuperar el elemento perdido y otras respuestas a inquietudes tomadas de los afectados, acerca de la situación y soluciones posibles. La robótica es otra de las industrias que en los últimos años crece y se ubica entre las más atractivas para comodidad de la humanidad. La OIT, que creó la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, comienzo de la segunda etapa de la Iniciativa de esa Organización relativa al Futuro del Trabajo, indica que “El uso de robots industriales está aumentando rápidamente y tiene el potencial de modificar los procesos productivos en todo el mundo”. En Japón, los robots ensamblan robots. En la segunda mitad de la década pasada 1,6 millones de robots eran utilizados en empresas de todo el mundo; la mayoría en industria de alta tecnología (semiconductores y periféricos informáticos y fabricación de chips de memoria); la industria automotriz, la industria del metal y maquinaria; alimentos, bebidas, fármacos, productos de higiene personal; materiales de construcción, juguetes, insumos deportivos, y textiles, como ejemplos de otros sectores que acuden a la máquina para ayudar al hombre, no para reemplazarlo o superarlo. Los robots asean las casas, en vehículos autónomos transportan a las personas, desactivan bombas, construyen prótesis, ayudan en procedimientos quirúrgicos, fabrican productos, recrean, enseñan y sorprenden.
La era robótica se desarrolla principalmente en los países de ingreso alto; por regiones, Europa Occidental (225 unidades) y los países de Europa nórdica (204 unidades) tienen la producción más automatizada, seguidos de América del Norte (153 unidades) y el Sudeste Asiático (119 unidades). Los 10 países más automatizados del mundo son en su orden: Singapur, Corea del Sur, Japón, Alemania, Suecia, Dinamarca, Hong Kong, Taipei chino, EE.UU. y Bélgica y Luxemburgo. Esto, de acuerdo con las últimas estadísticas de World Robotics, emitidas por la Federación Internacional de Robótica (IFR), entidad que muestra las 5 tendencias principales que dan forma a las industrias de todo el mundo: Los robots aprenden nuevos trucos, Los robots funcionan en fábricas inteligentes, Los robots entran en nuevos mercados, Los robots reducen la huella de carbono y Los robots ayudan a asegurar las cadenas de suministro. Entre 2010 y 2019 las instalaciones anuales de robots industriales se triplicaron con demasías, llegando a 381 mil unidades en fábricas a nivel global. Colocándoles nombres a los robots, definidos por la Real Academia Española como “Máquina o ingenio electrónico programable que es capaz de manipular objetos y realizar diversas operaciones”, las generaciones van acomodándose a esas máquinas “del mañana que serán nuestros humildes asistentes, nada más” (Vanessa Evers). De la misma manera los robots se convierten en una amenaza cuando se les prepara para asesinar. Los robots militares SGR-A1 encargados de la vigilancia, están programados para abrir fuego sobre el enemigo, pero sin disparar contra las personas que tienen las manos en alto. En Estados Unidos se diseñan aeronaves no tripuladas, que volarán detrás de aviones de combate pilotados por seres humanos y apuntarán, cumpliendo una orden, a objetivos aéreos o terrestres. Los expertos anotan que los Sistemas Armamentísticos Autónomos Letales (SALA) están creando la tercera revolución bélica, después de la pólvora y las armas nucleares. “No podemos dejar de preocuparnos al pensar que pronto llegará el día en que los ejércitos de robots serán capaces de realizar hostilidades con total autonomía”. (Vasily Sychev).
@luforero4