Por Mauricio Botero Caicedo
He recibido esta hermosa historia, que – en medio de la pandemia – me parece oportuno trasmitírsela a los lectores:
“Hace más de 80 años, en Grecia, sesenta mil judíos vivían pacíficamente en Salónica. Era una comunidad vibrante y valiosa. La mayoría de estos judíos trabajaban en el puerto. Tanto es así que el puerto de Tesalónica incluso estuvo cerrado el sábado, Shabat.Allí también vivieron y estudiaron grandes rabinos eméritos. Todos pasaban el rato y se gustaban.
Pero el 2 de septiembre de 1939, en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue en esta gloriosa comunidad donde el terror nazi surgiría de repente.
El 6 de abril de 1941, Hitler invadió Grecia para asegurar su frente sur antes de lanzar la famosa Operación Barbarroja y su gran ofensiva contra Rusia. De los 60.000 judíos en Salónica, alrededor de 50.000 serán exterminados en el campo de concentración de Birkenau en un triste tiempo récord.La masacre de los judíos de Grecia fue breve pero intensa. Muy pocos tendrán la oportunidad de hacerlo.
Pero entre los supervivientes había una familia conocida como Bourla.
Y después de la guerra, en 1961, nació un hijo en esta familia milagrosa en los campos. Sus padres lo llamaron Israel, Abraham. Creció y estudió veterinaria en Grecia. Un estudiante brillante, Abraham obtendrá su doctorado en biotecnología reproductiva en la escuela de veterinaria de la Universidad Aristóteles en Salónica. A los 34 años decidió mudarse a Estados Unidos.Cambia su primer nombre Abraham a Albert y conoce a una mujer judía llamada Miriam y luego a su esposa.Juntos tendrán dos hijos. En Estados Unidos, Albert se integró a la industria médica. Progresó muy rápidamente y se incorporó a una empresa farmacéutica donde se convirtió en “director general”. El pequeño Abraham (Albert) ascendió de rango y consiguió su nombramiento como director ejecutivo de esta empresa en 2019.
A lo largo del año Albert decide dirigir todos los esfuerzos de la empresa para intentar encontrar una vacuna contra un nuevo virus que acaba de atacar al mundo. Realiza grandes esfuerzos financieros y tecnológicos para lograr su objetivo. Un año después su trabajo pagado a la OMS (Organización Mundial de la Salud) valida la autorización de su empresa para producir la tan esperada vacuna … Su vacuna se distribuirá en varios países entre ellos Alemania, que cuenta miles de muertos por la pandemia.
Irónicamente, esta vacuna que salvará la vida de millones de personas en todo el mundo, incluidos muchos alemanes, fue dirigida e impulsada por un pequeño judío de Salónica, hijo de sobrevivientes del Holocausto de quienes la mayoría de su gente fue exterminada por la Alemania nazi.
Y es por eso que Israel se convirtió en el primer país en recibir la vacuna. En memoria de sus abuelos y sus padres que dieron a luz a Israel-Abraham Bourla, conocido hoy como Albert Bourla: CEO de Pfizer.”
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