Por: Luis Eduardo Forero Medina
Por muchos siglos los cuerpos de agua como las lagunas han padecido sufrimientos indecibles, una a una “gimen como con dolores de parto”, algunas en vía de desecación; siendo a mediados de la década de los ochenta del siglo XX cuando se inicia la protección de esos lugares donde el agua “dulce” es el componente fundamental.
Las lagunas y lagos pueden tener origen geológico, volcánico, glaciar y las que resultan por el desmoronamiento de la ribera de un río o aún también por el aislamiento de un brazo o recodo del mismo. Lo que conocemos como los altiplanos, antiguamente fueron lagos o lagunas, que lentamente presentaron su embalse muy bajo hasta desaparecer. Las lagunas, como la de Fúquene, que forma parte del complejo Lagunar Fúquene, Cucunubá y Palacio, ( de pequeño tamaño, donde desapareció el espejo de agua); “durante su historia, ha sido víctima de depredación ambiental, ocasionada por terratenientes que tomaron la decisión de secarla con el fin de utilizar estas tierras para agricultura, ganadería y vivienda, para lo cual utilizaron especies de árboles y pastos introducidos de otros países con una capacidad de absorción de humedad muy elevada” (La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR).
En Boyacá se encuentra uno de los ecosistemas más importantes y estratégicos del país, el Lago de Tota, que representa el 13.55% de la reserva de agua de Colombia, convirtiéndose en el cuerpo de agua de alta montaña más extenso e importante del país. Esta extensión de agua provee del recurso hídrico para consumo humano, producción agrícola y producción industrial, a una población cercana a 350.000 habitantes; y al igual que la laguna de la Cocha o lago Guamuéz en Nariño, presenta proceso de sedimentación. Según la leyenda, sobre el sector que hoy se conoce bajo la laguna de la Cocha quedaron bajo el agua siete ciudades; lo último que se escuchó habría sido un sonido de campana. La laguna de Iguaque que integra El Santuario de Flora y Fauna Iguaque, actualmente cerrado, se localiza en el extremo sur de una de las estribaciones montañosas interiores de la Cordillera oriental. En Cundinamarca las lagunas más emblemáticas son la de Guatavita, a 63 km al norte de Bogotá , en el municipio de Sesquilé; la mencionada laguna de Fúquene, el Parque Embalse Neusa , dentro del área de los municipios de Tausa y Cogua , el Parque Embalse El Hato, que rodea al municipio de Carmen de Carupa y la laguna de Suesca, entre los municipios de Suesca y Cucunubá; laguna que amenaza con secarse y donde lucen deterioradas algunas alcantarillas, y sigue en veremos como en otras, la materialización del Pago por Servicios Ambientales, la compra de predios y la siembra de especies nativas.
En Nariño, La Laguna Verde del Volcán Azufral, es una de las dos lagunas verdes que duermen su sueño eterno en los repliegues de los Andes colombianos (la otra es Laguna Verde Encantada del parque de los nevados); su agua es tibia y en algunas partes hirviente; su color se asemeja a la esmeralda más apetecida del mundo, la legendaria esmeralda gota de aceite. La laguna de la Bolsa o Cumbal, ecosistema que pareciera en el olvido, està ubicada en territorio de los municipios de Cumbal e Ipiales. En El Valle del Cauca, La Laguna de Sonso o del Chircal, està situada entre los municipios de Buga, Yo toco y Guacarí, siendo el humedal más grande del departamento; allí se encuentra el Centro de Educación Ambiental Buitre de Ciénaga, próximo a la carretera que conduce de Buga a Loboguerrero. La Laguna del Otún que abastece de agua a la ciudad de Pereira, se halla entre los departamentos de Tolima, Risaralda, Caldas y Quindío, formando parte del Parque Nacional Natural de los Nevados.
En algunas lagunas se practica la navegación a remo, caminatas, picnic, camping y pesca (con permiso de la CAR), como en El Hato, donde sobresalen decenas de patos; o avistamiento de aves acuáticas y de bosque seco en La Laguna de Sonso; actividades de senderismo, ciclo montañismo en El Neusa o acampar y pescar truchas en la Laguna del Otún. En La Laguna de Guatavita se divisa destacada vegetación como la mano de oso, las uvas del monte, el té de Bogotá, el ajicillo, el trompero, el encenillo, el guaque, y el tuno esmeraldo. Fuera de esos beneficios en el sector turístico, en el artesanal del junco, material vegetal que se retira de la laguna, fabrican canastos y otros productos. El buchón (maleza acuática) ordinariamente es controlado y evacuado. La CAR en la Laguna de Fùquene trabaja en un proyecto para que el material que se extrae de la laguna se aproveche y se convierta en un abono orgánico. Como infortunio de esos cuerpos de agua, del cual no existe un inventario oficial, las invasiones han reaparecido, los vertimientos, depredadores de la naturaleza, el plus contaminante, y la pesca ilegal; actividades que son intervenidas oportunamente por el sistema de video vigilancia que se implementa en las lagunas más conocidas. La meta de la CAR en Fùquene al 2023, es recuperar 500 hectáreas de espejo de agua y retirar más de 9 millones de metros cúbicos de sedimentos.
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@luforero4