Al menos 31 indígenas heridos en ataque de grupos armados ilegales en el Cauca
Por lo menos 31 indígenas resultaron heridos el jueves en un ataque de grupos armados ilegales que abrieron fuego con fusiles cuando erradicaban cultivos de hoja de coca, en zona rural del municipio de Caldono, en el departamento del Cauca.
“Hasta el momento se reportan 31 indígenas heridos y 5 agresores detenidos por la Guardia Indígena”, dijo un comunicado del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).
“Pero los ataques continúan en contra de los comuneros que están luchando por liberar sus territorios de los cultivos de uso ilícito, por lo que el número de víctimas podría elevarse”, agregó.
El CRIC denunció que, en esa región del país, los pueblos indígenas son víctimas de la ausencia del Estado y que pese a la agresión continuarán con las actividades de erradicación de cultivos ilícitos y de control de sus territorios.
Los grupos armados ilegales se enfrentan por el control territorial de extensas zonas montañosas estratégicas para el cultivo de hoja de coca y la producción de cocaína, actividad ilegal de la que obtienen millonarios ingresos, según el Gobierno y fuentes de seguridad.
En esa misma región fue asesinada el martes la gobernadora indígena Sandra Liliana Peña Chocue, quien se oponía a la presencia de cultivos ilícitos en los territorios aborígenes.
El consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación, Emilio Archila, rechazó a nombre del Gobierno de Colombia el ataque contra los indígenas y el asesinato de Peña.
“Es repudiable que los criminales se ensañen contra las comunidades indígenas y ahora contra las mujeres que defienden el territorio de la presencia de economías criminales que atentan contra la integridad de los jóvenes y la pureza de los suelos”, declaró Archila a periodistas. “Los violentos no detendrán el paso de las comunidades que quieren caminar por la legalidad”.
Colombia, con una posición geográfica estratégica por estar rodeada por dos océanos, es considerada como el primer productor mundial de cocaína. Reuters