De las montañas del Cauca bajó el cadáver de alias Mayimbú, escoltado por decenas de rebeldes con trajes de camuflaje y fusil. Cientos de pobladores aguardaban expectantes el féretro con el comandante disidente de las FARC nacido y abatido en esta región del suroeste de Colombia.
Leider Noscue, su nombre de pila, murió a los 31 años en una operación militar el 13 de junio en el municipio de Suárez, departamento de Cauca.
Sus compañeros de filas impidieron el levantamiento del cadáver, huyeron con él y lo enterraron en las profundidades de la selva.
Desde entonces, miembros de la comunidad y familiares clamaron para que el temido comandante fuera enterrado cerca a su comunidad indígena Nasa en Cauca.
La AFP llegó a la ceremonia de entrega del cuerpo el jueves en un poblado cuya ubicación no puede ser relevada por pedido de lugareños y rebeldes que se marginaron del acuerdo de paz de 2016.
Acusado de asesinatos de defensores de derechos humanos, secuestro, extorsión, entre otros delitos, Noscue inspiraba respeto y temor entre sus coterrános.
En un coliseo atestado de espectadores, hombres de camuflaje hacen una calle de honor. Por el centro avanza un ataúd blanco de adornos dorados con el nombre “Mayinbú”, mal escrito con N. Los rebeldes hacen un parada militar con las notas de un himno guerrillero de fondo. Desde las gradas algunos filman con sus teléfonos celulares.
Noscue comandaba una facción de 1.800 rebeldes que no se acogieron al acuerdo de paz que desarmó al grueso de la guerrilla en 2017.
Micrófono en mano, fusil al hombro, el comandante Marlon aprovecha la ocasión para mandar un mensaje en momentos en que el gobierno del izquierdista Gustavo Petro aspira a extinguir el prolongado conflicto con su programa de “paz total”.
“Nunca hemos perdido esa convicción, compañeros, de querer una paz verdadera para el pueblo pero esta paz solo se da el día que haya justicia social. De resto no podemos hablar de paz, por un lado hablando de paz y por el otro lado siguen los operativos en contra de nuestras unidades”, asevera el jefe disidente.
– Romería –
Decenas de buses tradicionales, conocidos como chivas, llegaron atiborrados de personas desde pueblos aledaños.
Los de camuflado y bandera tricolor en el antebrazo se confunden entre la muchedumbre. Una figura de Noscue a escala real y un puñado de arreglos florales acompañan el féretro.
Mayimbú ingresó a las FARC siendo niño y conformó una célula urbana que se encargaba de recabar información de inteligencia y adquirir suministros.
Luego llegó a ser comandante de la “columna móvil Jaime Martínez” cuya bandera ondea en la ceremonia.
En 2019, las autoridades lo señalaron como responsable de la muerte a tiros de una candidata a la alcaldía de Suárez.
Conmovida, la madre de Noscue asegura que ha debido “tragar grueso” para soportar “todo lo mal que hablaban” de él, pero afirma que también “luchó por la gente que no tenía nada”.
Uno de los asistentes al evento coincide:
“Nos dejó vías, polideportivos, salones culturales, le ayudó a personas que realmente lo necesitaban”, apuntó en un testimonio anónimo.
Sin un mando unificado, estas disidencias suman unos 5.200 miembros repartidos en diferentes regiones del país, según la ONG Indepaz, y se financian principalmente del tráfico de drogas y la explotación ilegal de oro y otros minerales.
Petro aspira a negociar el desarme de rebeldes y el sometimiento de los narcos a la justicia.
El cadáver de Noscue no termina aquí su periplo. Familiares lo enterrarán luego junto a su hermano, en un sitio que prefirieron mantener bajo reserva. EFE