Sin embargo, una encuesta reciente de Bain & Company mostró que 9 de cada 10 minoristas han hecho menos, o mucho menos, por progresar en materia de sostenibilidad.
De acuerdo con la consultora, este escenario se presenta porque, en primer lugar, el sector se enfrenta a una brecha de financiación, es decir, las cadenas de suministro y los sistemas alimentarios sostenibles pueden ser más costosos que los existentes y muchos de sus proveedores hacen de este costo adicional una verdadera barrera para el progreso. Y en segundo lugar, el comportamiento de compra de los consumidores sigue perpetuando la existencia de bienes contaminantes, puesto que estos no están dispuestos a pagar más por opciones sostenibles, especialmente en medio de la actual inflación que está aumentando el costo de vida.
“Ante este panorama es importante que las empresas de sector económico adelanten acciones como la generación de incentivos para los clientes con el fin de que ellos puedan adquirir más productos con un impacto ambiental más positivo; trabajar de manera colaborativa con otras compañías para crear beneficios mutuos y generar cambios en las cadenas de suministros que posibiliten disminuir la huella de carbono, y promover una política de sostenibilidad de manera interna que involucre a todos los niveles del negocio. Si bien los minoristas se enfrentan a un largo camino por delante en materia de sostenibilidad, hay una infinidad de oportunidades que les podrán generar valor en el largo plazo” señaló Diego Santamaría, socio de Bain & Company.
Hoy en día la reducción del impacto ambiental está ocupando las agenda tanto del sector productivo como del gobierno, por tal razón, es imprescindible que desde el comercio minorista se planteen alternativas que les posibilite cumplir no sólo con los objetivos estratégicos propios de la industria sino también con los ecosistemas, para que de esa manera los compromisos adquiridos se trasladen a los hechos.
