El Parque Metropolitano Bosque San Carlos, en Rafael Uribe Uribe, es un área con más de 21 hectáreas (ha), de las cuales en 8 cientos de ciudadanos pueden realizar recreación pasiva, y en los 13 restantes, actividades deportivas, caminatas, senderismo, entre otras. Por eso, es responsabilidad de la Secretaría de Ambiente verificar que el estado del arbolado que allí se encuentre esté en óptimas condiciones, para garantizar la seguridad de los visitantes.
Por tal motivo, la autoridad ambiental del Distrito autorizó al Jardín Botánico de Bogotá, a través de nueve conceptos técnicos, la tala de 33 de los más de 5.300 árboles que hay en el parque. El arbolado que allí se encuentra, como en varios puntos de la ciudad, debe ser intervenido debido a las deficientes condiciones físicas y sanitarias, varias de las especies son susceptibles a volcamiento o desgarre de ramas y ponen en riesgo a la comunidad, más en esta época de lluvias y fuertes vientos.
“Muchos de esos (árboles) son especies foráneas que no se anclan muy bien en el suelo y además varios de ellos tienen muchos, muchos años. Tenemos eucaliptos, acacias negras y otras especies que tienden a volcarse en la ciudad. Hemos tenido accidentes en años pasados realmente lamentables. En 2001, la caída de un eucalipto afectó de manera muy grave a una mujer; en 2016, otro árbol del mismo parque cayó encima de un taxi, afortunadamente sin pérdidas humanas, pero sí materiales”, indicó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.
De los árboles autorizados para la intervención, 23 presentan muerte en pie, siete tienen pérdida de verticalidad, por excesiva inclinación; y tres tienen afectación mecánica, debido al desprendimiento previo de algunas de sus ramas. Asimismo, algunos de estos individuos corresponden a especies de mayor riesgo de volcamiento, como las acacias negras y japonesas, los eucaliptos, saucos y ciprés.
“Después de muchos años de reevaluar y analizar todos los tratamientos silviculturales que se deben hacer en el parque, hemos llegado a la conclusión y hemos hablado con la comunidad sobre la necesidad de talar 33 árboles. La gran mayoría de ellos son eucaliptos y acacias, 23 de ellos están muertos en pie y siete de ellos han perdido su verticalidad u otras condiciones fitosanitarias. Estas intervenciones silviculturales se deben realizar para asegurar la integridad física de las personas que transitan o hacen deporte en el parque”, confirmó la secretaria de Ambiente.
La autoridad ambiental autorizó esta actividad silvicultural para proteger la vida e integridad de los niños, jóvenes y adultos que a diario visitan el parque para realizar actividades de recreación pasiva, como la contemplación; y activa, como las deportivas que allí se pueden desarrollar.
La entidad, también actúa según lo establecido en la acción popular 2008-00006, donde jueces de la República reconocieron y determinaron que los tratamientos silviculturales adelantados en el parque San Carlos han sido y son necesarios, de igual manera, están debidamente sustentados en los actos administrativos emitidos.
La Secretaría de Ambiente entiende el nivel de apropiación de las comunidades por el arbolado urbano, pero hay algunos casos en que la infraestructura, el funcionamiento, el control y la gestión del riesgo obligan a la Administración a realizar este tipo de intervenciones de una manera responsable.
“En este parque no solamente tenemos una comunidad muy involucrada y defensora del parque mismo y de su arbolado, sino que también tenemos una acción popular que nos obliga a llevar cualquier acción que hacemos dentro del parque. Los jueces, en el marco de la Acción Popular, han reconocido que el arbolado del parque requiere mantenimiento y que cuando sea necesario, se deben efectuar las talas, las podas y cualquier actividad de tratamiento silvicultural que garantice la integridad física de las personas que pasean o hacen deporte en el parque”, agregó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.
Los 33 árboles que serán intervenidos serán reemplazados o compensados por nuevos individuos que corresponden a especies nativas que se adaptan a las condiciones del suelo de Bogotá y que están contemplados en el manual de silvicultura.
La Secretaría de Ambiente es la encargada de otorgar los permisos y autorizaciones para el manejo silvicultural en espacio público o privado, en el perímetro urbano de Bogotá, y determina la compensación que sea de mayor beneficio para la ciudad.
La política ambiental de la Administración de la alcaldesa Claudia López ha sido clara desde el primer día: reducir al máximo la tala innecesaria de árboles, además, de abrir espacios de diálogo con la comunidad para mantener las condiciones ambientales de la ciudad.
“Las talas serán, por supuesto, compensadas de acuerdo con el marco legal, en ese cinco por uno con el que nos comprometemos en Bogotá y hemos estado haciendo todo el esfuerzo por socializarlas y acordarlas con la comunidad. Le hemos informado también al juez que son absolutamente necesarias y esperemos que la comunidad comprenda que, aunque es doloroso, siempre perder uno de nuestros árboles y afectar el paisaje, esa compensación garantizará que el espacio mantenga sus cualidades naturales y será también una oportunidad para que juntos cuidemos ese nuevo arbolado”, concluyó la secretaria de Ambiente.