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Misión humanitaria permitió retorno a sus hogares de 43 niños y niñas confinados en Caldono, Cauca, por enfrentamiento armados entre el eln y las Farc

–Sanos y salvos retornaron este sábado a sus hogares de 43 niñas y niños que estaban confinados en la escuela Los Robles y el resguardo Pioya, zona rural de Caldono, en el departamento del Cauca, por cuenta de enfrentamientos armados entre el Eln y la columna Dagoberto Ramos de las disidencias de las Farc, informó el Defensor del Pueblo Carlos Camargo Assis.

“Este fue el resultado de los buenos oficios de una misión humanitaria conjunta de la que formamos parte con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, el Consejo Regional Indígena del Cauca y la Personería Municipal de Caldono”, precisó Camargo Assis.

Además, destacó el trabajo articulado que logró sacar del fuego cruzado a los menores de edad. La misión humanitaria consiguió que 20 familias retornaran a sus hogares, pues habían sido desplazadas de sus viviendas hacia la zona baja de la vereda que lleva el mismo nombre de la escuela, institución que recibió más de 20 impactos de proyectiles.

A los menores de edad, la mayoría de ellos entre 5 y 12 años, quienes duraron alrededor de 48 horas confinados, y los grupos familiares les fue facilitado un corredor humanitario; esta labor de acompañamiento fue lo que les permitió volver a sus casas. La mediación del CRIC Derechos Humanos fue clave en el acercamiento con los actores en conflicto, pues cesaron la confrontación armada.

“Les hago un llamado a los grupos armados ilegales a que dejen a la población civil por fuera de sus confrontaciones y hostilidades, pero de manera especial a que no afecten a los niños, niñas y adolescentes, quienes gozan de protección constitucional”, indicó Carlos Camargo Assis.

Los menores de edad y estas familias integran distintos resguardos indígenas del pueblo Nasa, que habita principalmente la zona norte del departamento del Cauca. Durante las cerca de 48 horas que estuvieron confinados, la autoridad indígena y sus integrantes organizaron una olla comunitaria, lo que les permitió tener asegurada la alimentación.

Durante el confinamiento, a los niños y niñas les fue brindada atención psicológica, ya que presenciaron la muerte de cuatro subversivos de los dos bandos en los alrededores de la escuela Los Robles. La intención de la profesional de la salud mental, integrante del CRIC Derechos Humanos, fue asegurarles su bienestar emocional para que no les queden trastornos por cuenta de lo que tuvieron que presenciar.

El Defensor del Pueblo agregó que los menores de edad, particularmente los que están en la ruralidad, no pueden seguir siendo víctimas del fuego cruzado de los violentos.

“Poner en riesgo la vida de niños, niñas y adolescentes no es precisamente una muestra de querer una reconciliación con el país. Les pedimos a los grupos armados que se acojan a la propuesta de diálogo impulsada por el Gobierno Nacional y les exigimos verdaderos gestos de paz”, puntualizó el Carlos Camargo Assis.