Ecosistemas del planeta, incluida la selva amazónica, corren el riesgo de sufrir una destrucción catastrófica, alertan científicos
–Más de una quinta parte de los ecosistemas del planeta corren el riesgo de sufrir una destrucción catastrófica “muy pronto”, según un estudio realizado por investigadores británicos.
Los científicos han descubierto que el colapso ecológico podría empezar antes de lo que se pensaba, según el estudio publicado en el periódico Nature Sustainability, centrado en los patrones sobre cómo los puntos de inflexión en la naturaleza se refuerzan y aceleran mutuamente.
Los científicos advierten de que más de una quinta parte de los ecosistemas del planeta, incluida la selva amazónica, corren el riesgo de sufrir una destrucción catastrófica, por lo que es probable que seamos testigos de este desastre natural.
“Podría ocurrir muy pronto”, sostiene el profesor Simon Willcock, de la estación de la investigación experimental Rothamsted Research, que codirigió el estudio. “Siendo realistas, podríamos ser la última generación que vea el Amazonas”, expresó, citado por The Guardian.
El estudio indica que la mayoría de las investigaciones realizadas hasta la fecha se han centrado en un único factor de destrucción, como el cambio climático o la deforestación. Sin embargo, cuando se combinan con otras amenazas, como el estrés hídrico y la contaminación de los ríos por la minería, el colapso llega mucho antes.
El equipo examinó dos ecosistemas lacustres y dos bosques utilizando modelos informáticos con 70.000 ajustes de variables, y descubrieron que hasta el 15 % de los colapsos se producían a consecuencia de nuevos riesgos o sucesos extremos, incluso mientras la tensión primaria se mantenía sin deterioro.
No obstante, según los investigadores, la humanidad aún puede evitar el colapso si tiene en cuenta todos los indicadores y riesgos. “La misma lógica puede funcionar a la inversa. Si se aplica presión positiva, la recuperación puede ser rápida”, afirmó Willcock.
De hecho, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha reportado que en los últimos 51 años se han registrado en todo el mundo 11.778 desastres derivados de fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos que se han cobrado la vida de más de 2 millones de personas y han causado pérdidas económicas por valor de 4,3 billones de dólares estadounidenses.
Según el informe, entre 1970 y 2021, más del 90 % de los decesos registrados a escala mundial se registraron en países en desarrollo. En los últimos 30 años, las principales catástrofes relacionados con estos casos se atribuyen principalmente a las tormentas, seguidas por las temperaturas extremas e inundaciones.
“Desgraciadamente, las comunidades más vulnerables se llevan la peor parte” declaró el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, en referencia a este tipo de desastres.
Las estadísticas las encabeza Asia, donde se reportaron 3.612 desastres que causaron el mayor número de muertes en el mundo: 984.263 casos que representan el 47 % del total registrado. Por otro lado, en América del Norte, América Central y el Caribe solo se reportó el 3,7 % de los fallecimientos (77.454 casos), pero allí sufrieron la mayor pérdida económica: 2 billones de dólares (el 46 % del total).
Más del 60 % de las consecuencias económicas, que desde 1970 se deben en mayor medida a las tormentas y las inundaciones, se registraron en economías desarrolladas. Asimismo, recalcan que, a pesar de que en 2020 y 2021 se registraron 22.608 muertes, lo que supone un descenso de la mortalidad en relación con la media anual del decenio anterior, las pérdidas económicas, la mayor parte de las cuales se atribuyen a tormentas, aumentaron.
“En los países menos adelantados y en los pequeños Estados insulares en desarrollo, las pérdidas económicas fueron desproporcionadamente altas en relación con la dimensión de sus economías”, reza el comunicado. Por otra parte, detalla que en los países menos adelantados el 7 % de los desastres que causaron pérdidas económicas tuvieron un impacto equivalente a más del 5 % del PIB de los países afectados, mientras que varios desastres causaron pérdidas económicas de hasta casi el 30 % de los respectivos PIB.
En este contexto, la OMM ha desarrollado sistemas de ‘alerta temprana’, una medida que podría resolverse eficaz para salvar vidas y cuyo rendimiento multiplica casi por diez la inversión realizada. “El objetivo del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, es lograr que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos por sistemas de alerta temprana para finales de 2027”, asegura el organismo.
Asimismo, recuerda que solo la mitad de los países disponen de estos sistemas, mientras que en los pequeños Estados insulares en desarrollo, los países menos adelantados y África, la cobertura es especialmente baja. Para implantar estos sistemas en 2023, la OMM ha elegido un primer grupo de 30 países en el marco de una iniciativa también apoyada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres y otros organismos de las Naciones Unidas. (Información RT).