Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá precedió una misa de despedida al pintor y escritor Fernando Botero, cuyo cuerpo estuvo por 3 días en la cámara ardiente en el Salón Elíptico del Congreso de la República.
En medio de honores militares el féretro del artista fue trasladado hasta la catedral Primada de Bogotá lugar donde se realizó la ceremonia religiosa a la que asistieron los hijos del artista colombiano, Fernando y Lina Botero, así como el presidente Gustavo Petro y otras figuras políticas.
“La familia eligió la manera y nosotros hemos apoyado junto al Banco de la República, al Senado y a la Gobernación de Antioquía, prestando la posibilidad de que esto ocurra según el deseo de la familia. Estamos conmovidos con la idea de despedir a este cuerpo que tiene un sentido más allá de lo material, es un cuerpo que con sus manos y con su mirada nos reinventó”, dijo Juan David Correa, ministro de Cultura.
Esta ceremonia se realizó en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, esto impidió que varios ciudadanos pudieran darle el último adiós al artista.
“Agradecemos a Dios por darnos un extraordinario pintor y escultor que se hizo conocer con su obra en el confín del mundo, ya ha llegado a la paz del señor, pero nos queda su amor y generosidad por su tierra”, menciono Inés Meisel, una de las asistentes
El cuerpo de Botero fue llevado al Museo Botero del Banco de la República, donde se preparó una ceremonia e intervención musical en el recinto que alberga las 208 obras que dono de su propia autoría.