La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) en articulación con las entidades operativas del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres hacen seguimiento a la perturbación atmosférica AL-97, que se encuentra en desarrollo sobre el sector oriental del Mar Caribe, en la parte sur de República Dominicana.
Según los pronósticos, esta perturbación se podría convertir en una formación ciclónica con un 60% de posibilidad dentro de los próximos siete días, mientras se desplaza hacia el occidente, lo que podría ocasionar fuertes lluvias en territorio colombiano.
“Activamos el Plan Nacional de Respuesta ante Ciclones Tropicales y el Protocolo Nacional de Alerta por Ciclones Tropicales, independiente de la evolución del sistema. Estemos atentos porque en el norte del territorio colombiano se prevén lluvias intensas en las próximas horas, especialmente en La Guajira e incremento gradual de las precipitaciones en la región Caribe”, dijo Olmedo López Martínez, director general de la UNGRD.
La UNGRD recomienda a los Consejos Departamentales y Municipales para la Gestión del Riesgo de Desastres (CDMGRD) y a las entidades operativas del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres activar los protocolos, planes de respuesta, contingencia y y vigilancia para prevenir y estar preparados ante un posible aumento de las precipitaciones y del oleaje.
Diana Carolina Rueda, jefe de la Oficina de Pronósticos y Alertas del IDEAM, anunció que se determinó la alerta amarilla para la península de La Guajira, donde ya se empezaron a notar afectaciones por precipitaciones ligeras y moderadas.
“Los sectores de los departamentos de Atlántico, Bolívar, Magdalena, la parte de Bolívar, Córdoba, Sucre, el norte del departamento de Antioquia sobre el sector del Golfo de Urabá y el archipiélago de San Andrés y Providencia cuentan con una alerta verde de vigilancia”, agregó la funcionaria.
La Unidad reitera verificar la información solo a través de los comunicados oficiales y sugiere tomar las medidas de seguridad indicadas por las entidades operativas del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo. Estas acciones son fundamentales para evitar daños y para salvaguardar la vida de la población.