–A los 35 años, Daniel Noboa Azín, asumió este jueves como presidente número 48 de la vecina República de Ecuador, constituyéndose en el mandatario más joven no solo de este país andino, sino de la América Latina contemporánea.
En su discurso en el acto de posesión celebrado en la sede de la Asamblea Nacional en Quito, Noboa manifestó: «La tarea es dura y difícil, y los días son pocos, manos a la obra y a trabajar».
Sin embargo, el mandatario manifestó que «más allá de todos los restos» que tiene, cree «en el Ecuador, en el cambio y en su futuro».
«Le he puesto el corazón a esta campaña (electoral) y a todo lo que he hecho en mi vida, lo mismo haré siendo su presidente», agregó.
También advirtió: «Somos un grupo de personas libres y pragmáticas que buscan, con empatía, mejorar la vida de los ecuatorianos. Representamos a los jóvenes que depositaron su esperanza».
El mandatario enfatizó que «el cambio que el país requiere tiene un sentido de urgencia y los jóvenes tenemos la audacia de responder a ellos. No podemos seguir repitiendo las mismas políticas del pasado esperando tener resultados distintos».
«Trabajaremos por un Estado con metas claras y medibles, planificado, con objetivos, pero siempre midiendo los avances. Pocos gabinetes en la historia han sido tan diversos como este: nunca hemos tenido la participación de tantas mujeres, ni de jóvenes. Es una mezcla que representa a todo el Ecuador, y es lo que el país necesita para crecer. Un Ecuador que incluya a todos».
Además, recalcó que «el éxito no es haber llegado: será cuando nos vayamos con el respeto y cariño de la mayoría de los ecuatorianos y ese éxito solo va a ocurrir si nos unimos».
«Muchos creen que la juventud es sinónimo de ingenuidad, para mí, es sinónimo de fuerza. Fuerza para vencer los retos que se nos imponen, porque eso es lo que el Ecuador necesita», indicó.
Noboa atribuyó el éxito de su candidatura en las elecciones, cuando pocos pensaban que tenía posibilidades de ganar, a su juventud, a que es una persona con «una visión renovada» y que no puede ser encasillado «en viejos paradigmas políticos o ideológicos», así como a una «necesidad de cambio».
«El resultado de esta elección nos lleva a algunas reflexiones importantes, que aquellos que ven la política como una realidad de extremos y revanchas no tendrán el respaldo popular», mencionó.
Dijo que él y su familia han experimentado «persecuciones políticas a lo largo del tiempo por diferentes gobiernos», pero a pesar de ello, siente la obligación de poner al país primero y «romper este ciclo de revanchas».
«No soy un antinada, soy un pro Ecuador», insistió, al tiempo que señaló que «el anti tiene un techo y el pro es infinito».
Pidió apoyo al pueblo ecuatoriano y a la clase política para gobernar. «Siempre fui optimista, siempre he creído en el Ecuador y juntos romperemos rígidos esquemas para adaptarnos y progresar […] los invito a todos para trabajar en conjunto para acabar con el enemigo en común, la violencia y la miseria», manifestó.
Desafíos y primeras medidas
El joven mandatario, de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), tiene al menos tres desafíos prioritarios por delante, que hereda de Lasso: la creciente violencia que afecta al país suramericano, en el que se proyecta que finalice 2023 con una tasa de homicidios por sobre los 35 por cada 100.000 habitantes; un déficit fiscal, que según prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) será de 5.000 millones de dólares, que representa cerca del 4 % del Producto Interno Bruto (PIB), al cierre de este año; y una crisis energética, que ha llevado a un racionamiento eléctrico.
Al respecto, durante su discurso en el Parlamento, dijo que cree en un Estado que tiene como primer objetivo «reducir la violencia» y «volver del progreso una costumbre».
«Hay algo que tengo muy claro y es que para combatir la violencia, hay que atacar la desocupación. El país necesita empleo», puntualizó.
Al acto de toma de posesión en Quito, el único jefe de Estado que asistió fue Gustavo Petro, presidente de Colombia. A él se suman el vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, el primer designado presidencial de Honduras, Salvador Nasralla, así como los cancilleres de Perú, Javier González-Olaechea; de Panamá, Janaina Tewaney; y de Haití, Jean Victor Geneus.
«A todas las naciones amigas aquí presentes, gracias por su paciencia y habernos acompañado en este momento tan particular de nuestra historia, les extendemos nuestra mano amiga sin condiciones, pero les pediremos su apoyo, porque muchas de nuestras luchas son las luchas de todos», dijo a las autoridades extranjeras que asistieron.
El mandatario electo dijo que presentará a todos los miembros de su gabinete el próximo domingo. «Nuestros ministros han intentado tener un proceso de transición suave, digamos que no ha sido posible, no por culpa de nuestros ministros, sino por culpa del gobierno saliente», matizó.
Hasta ahora se conoce que estarán en su gabinete Gabriela Sommerfeld, en Relaciones Exteriores; Sonsoles García, en Industrias, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca; Roberto Luque, en Transporte y Obras Públicas; Franklin Palacios, en Agricultura y Ganadería; y Mónica Palencia, en el Ministerio de Gobierno.
Se suman Andrés Guschmer, que va a Deporte; Andrea Arrobo, en Energía y Minas; Sade Fritschi, en Ambiente; Niels Olsen, en Turismo; Humberto Plaza, en Desarrollo Urbano y Vivienda; Daniel Calderón, en Educación; Franklin Encalada, en Salud; Ivonne Núñez Figueroa, en Trabajo; y Zaida Rovira, en Inclusión Económica y Social.
Además de los ministerios, se conocieron los nombres para otros cargos, como el de Sariha Moya, como titular de la Secretaría Nacional de Planificación (Senplades); Arturo Félix, quien será secretario de la Administración Pública; Roberto Izurieta, secretario general de Comunicación; y Gabriela Ochoa Ochoa, como directora del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae).
Daniel Noboa estudió Administración de Negocios en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York y tiene tres maestrías internacionales: Administración de Negocios en Kellogg School of Management; Administración Pública en Harvard Kennedy School; y Gobernanza y Comunicación Política en la Universidad George Washington.
Su experiencia profesional empezó a los 18 años con la creación de varias empresas, entre ellas, DNA Entertainment Group, empresas inmobiliarias y de logística dedicadas a la organización de eventos. También trabajó en la Corporación Noboa, llegando a ser el Director Naviero más joven de la historia de la compañía.
Fue legislador de la Asamblea Nacional y en su primera candidatura a la Presidencia de la República, fue elegido el 15 de octubre de 2023, con el 52,1% de los votos. Los ecuatorianos lo eligieron por liderar una propuesta democrática, que privilegia el consenso y que concentrará sus esfuerzos en la protección de la dolarización, la reducción del desempleo, el impulso a la competitividad, el crecimiento de la economía y la seguridad ciudadana.
El presidente Noboa tiene dos hijos, está casado con la modelo ecuatoriana, Lavinia Valbonesi, con quien espera su tercer hijo. Sus padres son la médica Anabella Azín y el empresario Álvaro Noboa, quienes han intervenido en política nacional y prestado sus servicios al país.
El Presidente también es un gran deportista y amante de la música. Ha corrido en varias maratones, toca la guitarra y canta. Es un atleta apasionado y fan del equipo de fútbol guayaquileño, Emelec.