Foto: Secretaría de Seguridad
Johann Mateo Acosta, estudiante en libertad condicional es proclamado como el mejor bachiller de Casa Libertad y el Colegio IED Panamericano por haber obtenido el puntaje más alto en el Icfes. Esta es la historia de un joven de 26 años, residente en la localidad Rafael Uribe Uribe.
A las 5:00 de la mañana, Johann Mateo Acosta se levantó emocionado para asistir a la ceremonia de su graduación. Aunque siempre supo que su rendimiento académico fue muy sobresaliente por sus altas calificaciones, durante el evento se llevó la sorpresa de ser proclamado como el mejor bachiller de Casa Libertad y el Colegio IED Panamericano, tras haber obtenido el puntaje más alto en el Icfes.
“Estando en la Cárcel de Santa Rosa de Viterbo vi una publicidad pegada en las paredes de una de las celdas. Decía que uno podía validar su primaria y bachillerato por ciclos. Me contacté de inmediato con Casa Libertad y empezó mi proceso no solo para poder estudiar, sino para obtener mi libertad condicional y regresar a Bogotá”, afirmó emocionado este joven de 26 años, residente en la localidad Rafael Uribe Uribe.
Matemáticas e inglés son sus materias favoritas. Su sueño es estudiar Administración de Empresas. Esta meta lo ha tenido concentrado en salir adelante, pues en el pasado, reconoce haber enfrentado un duro proceso que inició cuando era consumidor de estupefacientes.
“Me falta año y medio para salir en libertad. Estoy conociendo a Dios y estar cerca de él y llevar su palabra a los demás, me ha hecho entender que puedo ser una mejor persona”, asegura mientras se coloca la toga y el birrete azul oscuro por encima del traje, camisa, corbata y zapatos que estrenó para la ocasión especial.
Entre 2021 y 2023, 89 pospenados como Johann Acosta se han graduado del Programa Casa Libertad de la Subsecretaría de Acceso a la Justicia de la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, a través de un modelo de educación flexible creado para ellos, cuya apuesta es poder ayudarlos a lograr acceder a educación superior.
Verónica Castro, coordinadora de Casa Libertad, dice que “desde la dimensión individual, acompañamos a nuestros usuarios con la terminación de su bachillerato. Hemos entendido que vincularlos a procesos de formación, en específico los asociados a la educación media, permiten una mayor oportunidad de acceso a la continuidad en la formación post secundaria y al mercado laboral”.
El rector del Colegio IED Panamericano, Juan Carlos Monroy Nova, expresó en medio de un discurso a los graduandos que “dentro de las posibilidades que tiene una persona privada de la libertad para que le rebajen la condena es estudiar. Sin embargo, el mayor mérito se lo llevan ustedes, que han decidido terminar su bachillerato después de cumplir su pena, porque significa que educarse ya no es una ‘obligación’, sino un sueño cumplido para encontrar mejores oportunidades y superarse”.
Diana Cristina Rodríguez, psicóloga de Casa Libertad, también contó que el propósito es disminuir la reincidencia de los pospenados: “Que no piensen que, porque ya son adultos y estuvieron en una cárcel, ya no pueden estudiar. Sí pueden hacerlo”.
Su colega, Paula Jimena Viatela, explica que Casa Libertad realiza un seguimiento muy estricto para que los estudiantes asistan a las clases presenciales y en modalidad virtual: “Generamos estados de motivación hacia el cambio, hacia las segundas oportunidades, por medio de talleres y actividades, incluso ofrecemos atención psicosocial a cada uno de los usuarios”.
Carolina Amaya de 52 años, otra de las 32 graduadas en esta última promoción de bachilleres, destacó el compromiso de los profesores y de los jueces de la República que les dan la oportunidad de ejercer su Derecho a la Educación.
“Soy madre cabeza de hogar y pago arriendo. A la sociedad le digo que por favor nos abra las puertas laborales para que se nos permita tener acceso a la compra de vivienda, pues esta es una de las maneras para que la gente no vuelva a delinquir. Que no nos estigmaticen ni al que comete una delito menor o mayor”, concluyó.