Aerocivil entrega informe sobre avioneta que cayó hace un año en selvas del Guaviare con nuevos detalles sobre cómo sobrevivieron niños indígenas tras 39 días perdidos
–Hace un año, el 1 de mayo de 2023, a las 07:47 a.m, la avioneta Cessna U206G de matrícula HK2803, se precipitó a tierra con 7 ocupantes a bordo. El piloto Hernando Murcia Morales, trató de arborizar en la selva del Guaviare, tras registrar una falla en el motor, pero la vegetación no amortiguó el golpe y él perdió la vida, junto con el copiloto y líder indígena Herman Mendoza Hernandez y Magdalena Mucutuy Valencia, que viajaba con sus cuatro hijos, quienes sobrevivieron.
La Aeronáutica Civil entregó este jueves un informe sobre la investigación del accidente, sin entregar concluyentes sobre las causas, pero revela nuevos detalles sobre la odisea que vivieron estos menores hasta ser rescatados, luego de 39 días de estar deambulando perdidos por la espesa selva.
Los niños son Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 14 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses.
Sin duda, la heroina del angustioso episodio fue Lesly, la mayor, quien fue entrevistada en desarrollo de la investigación y narró la forma como logró mantener con vida a sus hermanitos, especialmente al más pequeño, a quien tuvo que llevar siempre en brazos.
El hecho es que ella resultó gravemente herida en su pierna izquierda y no podía caminar, por lo tuvo que desplazarse 20 días de rodillas, apoyada en su cadera y así perdió su zapato y cuando pudo incorporarse, se vio obligada a caminar en calcetines.
Otro aspecto que registró la niña es que nunca se encontraron con el perro Wilson del Ejército que participó en la operación de búsqueda y que en desarrollo de ella, desapareció.
El informe detalla en principio que el 15 de mayo de 2023, a las 15:50 HL, catorce (14) días después de su desaparición, un equipo de búsqueda conformado por Indígenas, orientados por las tropas del CCOES, descubrió la aeronave HK2803, accidentada.
La imagen satelital GOES 16, en canal IR, (Ch 7), a las 07:50HL (12:50 UTC) del 01-may23, no mostraba en la zona del accidente la presencia de nubosidad de tipo convectivo que pudiera generar actividad tormentosa. En el área predominaban condiciones atmosféricas estables, con nubosidad baja dispersa de tipo estratiforme
Lo anterior significa que, muy probablemente, el vuelo no encontró condiciones meteorológicas adversas que pudieran haber afectado su normal desarrollo, precisa el informe.
El sitio del accidente se ubicaba en un área selvática, que hace parte del Parque Nacional Chiribiquete, a una elevación de 786 pies.
La aeronave se encontró en posición vertical con evidente golpe frontal y características de impacto con alto ángulo y baja velocidad. La inspección detallada de los restos indicó que, durante el arborizaje, se produjo un primer impacto contra los árboles, a 50 m de altura; este golpe ocasionó daños significativos en la sección ventral de la aeronave, provocando la separación del motor con su cubierta y la hélice, de la estructura, a partir de la pared de fuego
Mediante entrevista efectuada a uno de los sobrevivientes, utilizando algunos elementos didácticos y con la presencia de una Psicóloga del ICBF, la Investigación determinó la ubicación de los ocupantes de la aeronave y sus lesiones.
La sobreviviente, menor de edad (de 14 años), y quien identifica solo como la “Superviviente Eentrevistada”, recreó la ocupación de las sillas al interior de la aeronave, y las lesiones, de la siguiente forma:
El aeródromo de Araracuara, de carácter regional brinda servicio a la población de Araracuara, ubicada en jurisdicción del municipio de Solano, departamento de Caquetá, Colombia. Se encuentra ubicado en la confluencia de los ríos Yari y Caquetá.
Todas las acciones posteriores al accidente fueron desarrolladas por la menor de edad de 14 años, Superviviente Entrevistada, quien asistió a sus tres hermanitos.
Ella manifestó que, debido al impacto, perdió la conciencia. Una vez que se recuperó, escuchó los llantos de los otros 3 menores.
Al reincorporarse, notó que se encontraba sangrando en grandes cantidades como consecuencia de la herida abierta en la cabeza. Para detener el sangrado y evitar que los insectos se posaran sobre la herida, improvisó un vendaje con algunas prendas de ropa que se encontraban al interior de la aeronave, y con la gasa que encontró en el kit de primeros auxilios de la aeronave.
La Superviviente Entrevistada indicó que su pie izquierdo quedó aprisionado con el riel de la silla que ocupaba (No. 5), y que la única forma como logró liberarlo fue retirando la pieza de calzado que portaba. Posteriormente, procedió a retirar al ocupante No. 4, el bebé, quien presentaba signos de sofocamiento debido al peso del cuerpo del ocupante No. 3 (su madre), quien yacía sobre él, sin vida.
Acto seguido, liberó a los ocupantes No. 6 y 7, y todos abandonaron la aeronave por la puerta posterior del costado derecho, que había sido abierta previamente.
Los cuatro menores sobrevivientes permanecieron dos (2) días y dos (2) noches en el sitio del accidente, junto a la aeronave. Durante este tiempo, y conforme a la entrevista, los menores se alimentaron con las frutas copoazú, que llevaban en su equipaje y consumieron el agua potable que encontraron al interior de la aeronave.
Aspectos relevantes de los 39 días de supervivencia en la selva
Decisión de dejar el sitio del accidente. Después de permanecer dos (2) días en el sitio del accidente, a los cuatro menores se les agotaron las provisiones que habían retirado de la aeronave; por esta razón, la Superviviente Entrevistada decidió que dejarían ese lugar y que se dirigirían en dirección al río que habían visualizado desde la aeronave antes del accidente (río Apaporis), para aprovisionarse de agua y buscar alimentos.
Limitación grave para el desplazamiento de la Superviviente Entrevistada. Debido a la lesión que sufrió en la parte interior de su pierna izquierda, asociada al edema craneal y la presencia de hematomas, la Superviviente Entrevistada no lograba caminar totalmente erguida. Por esta razón, se desplazó de rodillas apoyada en su cadera, valiéndose de sus dos brazos para sujetarse de la vegetación circundante, y cargando al bebé. Esta situación perduró hasta el día veinte (20), después del accidente.
Adicionalmente, al perder su zapato izquierdo para poder liberarse de la aeronave, no calzaba zapatos, y caminó todo el tiempo con sus pies protegidos únicamente por las medias (calcetines) que vestía.
Pesca y alimentación. A orillas del río Apaporis, los menores se aprovisionaron de agua y lograron pescar, utilizando una lanza fabricada por la Superviviente Entrevistada. Ante la imposibilidad de generar fuego, los menores consumieron peces crudos una sola vez, ya que el sabor no les resultó agradable. Desde entonces, el alimento hasta su rescate, consistió únicamente de semillas denominadas mil pesos, fruto de una palma, que encontraban a su paso y las cuales se ablandaban debido a la humedad del suelo.
Regreso no planeado al sitio del accidente. Conforme lo manifestó la Superviviente Entrevistada, ella pensó que, siguiendo a lo largo de la orilla del río Apaporis, no encontrarían población alguna, y que esto sería posible si se internaban en la selva. Fue así como regresaron a la selva, y después de aproximadamente tres (3) días de caminata en círculos, sin notarlo y de manera no intencional, los sobrevivientes llegaron nuevamente al sitio en donde se encontraba la aeronave.
Entonces, todos se aprovisionaran de nuevas prendas de vestir, toda vez que por el desplazamiento y arrastre las que usaban se habían rasgado, ocasionandoles lesiones y picaduras de insectos en sus extremidades inferiores.
Así mismo, indicó la Superviviente Entrevistada, que la lluvia estaba presente de manera constante la mayor parte del día, razón por la cual la ropa que portaban los menores se encontraba mojada y con abundante fango, lo cual agregaba peso e implicaba un desgaste físico adicional para el desplazamiento.
Fue tanto así, que después de unos días de desplazamiento, el ocupante No. 6 (4 años), se despojó del calzado que portaba, y continuó a pie, debido a que le resultaba muy difícil el desplazamiento por el fango adherido a sus zapatos.
La Superviviente Entrevistada informó que el ocupante No. 4 (11 meses), presentó una enfermedad respiratoria (gripa), en los días posteriores al accidente. Afirmó que esta condición no se presentó en los otros sobrevivientes.
La Superviviente Entrevistada indicó que el sonido de las aeronaves que sobrevolaban las áreas circundantes fue perceptible para ellos, entre los días diez (10) y quince (15), contados a partir del día del accidente. Sin embargo, manifestó, debido al espeso follaje de la vegetación circundante, no era posible avistar las aeronaves de búsqueda, impidiendo así el contacto visual y realizar cualquier señal hacia ellas.
Según su relato, los supervivientes escucharon en algunas ocasiones el perifoneo y las grabaciones en idioma nativo indígena de la voz de un familiar, en las cuales les proporcionaba algunas indicaciones relacionadas con su búsqueda. Sin embargo, afirmó que les fue imposible acercarse lo suficiente en dirección a las sonidos, sin saber si su marcha los dirigía realmente a ese objetivo.
Afirmó que en múltiples ocasiones escuchó lo que parecían voces, pero que se abstuvo de dirigirse en dirección a las mismas, ya que anteriormente se le había advertido que muchos sonidos podrían ser emitidos por animales depredadores y se podían confundir con sonidos de seres humanos en el entorno selvático.
Encuentros con fauna, y otros. Relató la Superviviente Entrevistada que, durante los treinta y nueve días que permanecieron internados en la selva, los sobrevivientes avistaron diferentes animales como tapires, serpientes, y una tortuga de gran tamaño.
De otra parte, según su relato, no se produjo ningún encuentro con otras personas durante su travesía; y tampoco tuvieron contacto con algún canino.
Kits de alimentos y volantes. Así mismo, afirmó la Superviviente Entrevistada que ellos no encontraron ninguno de los kits de supervivencia que fueron arrojados desde el aire por los equipos de búsqueda.
En cambio, en el día treinta (30), los sobrevivientes encontraron uno de los volantes arrojados desde las aeronaves que realizaban la búsqueda; este elemento se encontraba escrito tanto en castellano, como en su lengua indígena materna, y contenía indicaciones explícitas con el fin de asegurar que los menores detuvieran su marcha y permanecieran en un solo sitio, para facilitar su ubicación.
Episodio de ansiedad. Por último, el ocupante No. 5 indicó que en el día treinta y cinco (35), ella experimentó un episodio de ansiedad y de estrés ante la frustración de no ser encontrados. Este evento estuvo acompañado de una activación fisiológica de sudoración, dificultad para respirar y un aumento en su ritmo cardiaco.
Los menores sobrevivientes, atendiendo las instrucciones del volante, permanecieron desde el día treinta (30) en el sitio en el cual fueron ubicados, el día 39. Para ese momento, el ocupante No. 6 (4 años), se encontraba en alto grado de debilidad, tanto, que le era imposible siquiera mantenerse en pie.
La Aerocivil aclara que el Informe Provisional refleja el avance de la investigación técnica que conduce la Autoridad AIG de Colombia, Dirección Técnica de Investigación de Accidentes, DIACC, del accidente objeto de la investigación, con el fin de determinar las causas probables y los factores contribuyentes que lo produjeron, y formular recomendaciones de seguridad operacional para prevenir la repetición de eventos similares y mejorar, en general, la seguridad operacional.
Durante el desarrollo de un vuelo de Transporte no Regular de pasajeros entre el corregimiento de Araracuara, Caquetá (OACI: SKAC) y el aeródromo Jorge González (OACI: SKSJ) de San José del Guaviare, con siete (7) ocupantes a bordo, la aeronave Cessna U206G de matrícula HK2803 presentó una reiterada pérdida de potencia de la planta motriz.
Cuando la aeronave se encontraba a 100 NM de San José del Guaviare, y con 5,500 pies de altitud, el Piloto se dispuso a efectuar un acuatizaje forzoso sobre el río Apaporis; sin embargo, al no lograr alcanzar este río, decidió efectuar un arborizaje sobre terreno selvático.
El avión se posó aparentemente de manera controlada sobre los árboles y de inmediato se precipitó a tierra de manera casi vertical. Como consecuencia de la maniobra, se presentaron daños sustanciales en la aeronave y lesiones mortales a tres (3) de sus ocupantes, adultos. Los otros cuatro (4) ocupantes, menores de edad, hermanos entre sí, sufrieron lesiones menores; tres (3) de ellos evacuaron la aeronave por sus propios medios.
Uno de ellos, niño de brazos, fue rescatado por sus hermanos. Dos (2) días después abandonaron el sitio del accidente.
La aeronave fue encontrada catorce (14) días después del accidente, el 15 de mayo de 2023. Tres (3) días más tarde, el 18 de mayo, fueron rescatados los cuerpos de los tres (3) adultos fallecidos, y se hizo evidente la muy probable sobrevivencia de los menores de edad al accidente. Después de una intensa búsqueda, que integró recursos significativos, el 09 de junio de 2023, es decir, 39 días después del accidente, los cuatro (4) ocupantes menores sobrevivientes, fueron encontrados con vida, en la selva, a 2.1 NM (3.9 km) al Este (E), del sitio del accidente.
De conformidad con lo establecido en la Parte 114 de los Reglamentos Aeronáuticos de Colombia, RAC 114.620, literal (b), y el Anexo 13 al Convenio de Aviación Civil Internacional, OACI, numeral 6.6, la Dirección Técnica de Investigación de Accidentes de Colombia emite el presente Informe Provisional al cumplirse un (01) año del suceso, con
los hechos conocidos y los avances más significativos de la investigación, hasta que se cuente con otros elementos de juicio que permitan consolidar el Informe Final.