–La farmacéutica AstraZeneca decidió retirar su vacuna contra el Covid a nivel mundial. De hecho, este martes, la vacuna dejó de comercializarse en la Unión Europea.
Cuáles fueron las razones?. La afirma admitió que la dosis causó problemas secundarios, como la trombosis, en el período posterior a aplicarse a las personas.
Estel miércoles la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés), indicó que la aprobación de la vacuna Vaxzevria de la farmacéutica había sido retirada “a petición del titular de la autorización de comercialización”.
Sin embargo, desde la farmacéutica explicaron que el retiro de la vacuna del mercado corresponde a una decisión comercial y no a que en realidad represente un peligro para las personas que se la aplicaron. Aseguraron que esto fue una mera coincidencia.
AstraZeneca afirmó que la vacuna Vaxzevria ya no se fabrica ni suministra en el mundo debido a que fue reemplazada por vacunas más actualizadas que fabrican otras empresas y combatía las nuevas variantes que salieron de la enfermedad.
En un comunicado, la empresa farmacéutica aseguró: “Estamos increíblemente orgullosos del papel que desempeñó Vaxzevria para poner fin a la pandemia mundial. Según estimaciones independientes, se salvaron más de 6,5 millones de vidas sólo en el primer año de uso y se suministraron más de tres mil millones de dosis en todo el mundo”.
También indicó que el esfuerzo que realizaron en la realización de la vacuna fue reconocido por gobiernos de todo el mundo porque fue un mecanismo que ayudó a mitigar el momento más difícil de la pandemia por covid-19.
Además, desde la empresa comentaron que seguirán trabajando con socios estratégicos para servir a los usuarios y responderán a las familias que los demandaron en el Reino Unido por los efectos secundarios que sufrieron los pacientes.
“A partir del conjunto de pruebas obtenidas en ensayos clínicos y datos del mundo real, se ha demostrado continuamente que la vacuna AstraZeneca-Oxford tiene un perfil de seguridad aceptable y los reguladores de todo el mundo afirman sistemáticamente que los beneficios de la vacunación superan los riesgos de posibles efectos secundarios extremadamente raros”, concluyeron.
La vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19 recibió el visto bueno de la EMA en enero de 2021. Sin embargo, a las pocas semanas surgieron dudas acerca de la seguridad del fármaco, luego de que docenas de países suspendieron su uso luego al detectar inusuales coágulos de sangre en un pequeño número de personas inmunizadas. La agencia concluyó que la vacuna de AstraZeneca no elevaba la posibilidad general de sufrir coágulos, pero las dudas persistieron.
Los resultados parciales de su primer gran ensayo — que Reino Unido utilizó para autorizar la vacuna — se vieron empañados por un error de fabricación que los investigadores no reconocieron de inmediato.
La escasez de datos acerca de la eficacia de la vacuna entre personas mayores llevó a algunos países a restringir inicialmente su aplicación a los más jóvenes, antes de levantar la limitación.
Millones de dosis de esta vacuna se distribuyeron en países más pobres a través de un programa coordinado por Naciones Unidas, ya que su producción y distribución era más barata y fácil. Pero los estudios posteriores demostraron que las vacunas que contenían ARN mensajero, más caras y elaboradas por Pfizer-BioNTech y Moderna, proporcionaban una mejor protección contra el COVID-19 y sus muchas variantes, y muchas naciones cambiaron a estas opciones.
Sin embargo, el laboratorio AstraZeneca insiste en que, a pesar de estos riesgos extremadamente bajos de efectos adversos de gravedad, los beneficios concretos de la vacunación superan los efectos secundarios que sólo son posibles de desatarse en los días siguientes a su aplicación.
La vacuna en cuestión -a diferencia, por ejemplo, de la de Pfizer, con tecnología de ARN mensajero, o la rusa Sputnik, que se preparó con adenovirus humanos- es en base a un adenovirus de chimpancé como plataforma.
Una vez en el cuerpo, el organismo genera la respuesta inmunitaria a ese antígeno sin causar enfermedad. En su momento, la doble dosis AstraZeneca probó una eficacia de entre el 85% y el 90% contra la enfermedad sintomática del Covid-19.
La noticia sobre los efectos adversos «admitidos» por AstraZeneca -que en realidad es una declaración judicial- se dio en el contexto de una demanda colectiva presentada en Inglaterra por quienes afirman haber sufrido efectos adversos graves luego de recibir esa inyección, que fue desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford.
Desde la filial española del laboratorio indicaron que están «orgullosos“ del papel que desempeñó la vacuna para combatir la pandemia.
“Nuestros esfuerzos han sido reconocidos por gobiernos de todo el mundo y son ampliamente considerados como un componente fundamental para poner fin a la pandemia mundial”, afirmaron. No obstante, la empresa comenzó la retirada del mercado.
El compuesto inmunológico fue el que más efectos adversos registró en Argentina, donde dejó de aplicarse durante el segundo año de la pandemia del Covid-19.
En enero de este año, el Ministerio argentino de Salud publicó por primera vez un informe detallado sobre cuáles fueron los efectos adversos graves asociados a la inmunización y a qué laboratorios correspondieron.
En el período de análisis -que comprendió desde el inicio de la campaña de vacunación, a fines de diciembre de 2020, hasta el 30 de abril de 2023- el primer dato a destacar es que sobre un total de 64.010 efectos adversos registrados en todo el país (sobre más de 100 millones de aplicaciones), sólo 3.149 fueron graves. Esto es, 2,7 cada 100 mil dosis suministradas.
Al realizar un detalle por laboratorio, se comprobó que la mayor diversidad de efectos adversos graves la tuvo la vacuna de AstraZeneca, que acaparó 19 de las 33 enfermedades relevadas. Le siguió Sputnik V, con 15 afecciones diferentes; Sinopharm, con 10; Pfizer, con 7; y Moderna, con 5. De otras marcas utilizadas en menor volumen no se informaron datos.
El trastorno con mayor incidencia de todos los clasificados se dio con la vacuna de AstraZeneca: fue el síndrome de trombosis, con una tasa de 0,05 cada 100 mil aplicaciones.
La trombosis es la formación de un coágulo de sangre y provoca las tres principales muertes cardiovasculares en el mundo: infarto de miocardio, ACV y tromboembolia venosa (TEV).