Estudio que duró 20 años revela peligros de ver “mucha” televisión; otra investigación asoció el uso del computador con la disfunción eréctil
–(Imagen ilustrativa). Un estudio que incluyó a más de 45.000 mujeres de 50 años de edad o más, que fueron observadas durante 20 años desde 1992, reveló las buenas y malas consecuencias de ver la televisión. Según las conclusiones de esta investigación, publicada en Jama Network, un mayor tiempo frente a este aparato puede disminuir las probabilidades de un envejecimiento saludable, mientras que la actividad física y el sueño se asocian con mayores posibilidades de envejecer saludablemente.
“El comportamiento sedentario, sobre todo ver la tele, se asoció con menores probabilidades de un envejecimiento saludable, mientras que la actividad física ligera se asoció con mayores probabilidades de un envejecimiento saludable”, señaló el estudio.
Para los autores de la investigación la definición de un envejecimiento saludable es vivir hasta al menos los 70 años sin enfermedades crónicas importantes y sin deterioros de la memoria subjetiva, de la función física o salud mental.
Cada incremento de dos horas diarias sentado viendo televisión se asoció con una reducción del 12 % en las probabilidades de un envejecimiento saludable. Por el contrario, cada aumento de dos horas por día en la actividad física ligera se asoció con un aumento del 6 % de un envejecimiento saludable.
Reemplazar el comportamiento sedentario con actividad física —ligera, moderada o vigorosa— o dormir se asocia con un menor riesgo de mortalidad al sugerir que esta mayor esperanza de vida podría ir acompañada de una mejor salud general, concluyeron los científicos.
En su presentación, los investigadors hicieron las siguientes precisiones:
“El envejecimiento de la población es un importante problema de salud pública: el 8,5% de la población total en todo el mundo tiene 65 años o más, y se espera que esta cifra aumente al 20% en 2050. El envejecimiento suele ir acompañado de condiciones de salud adversas, incluidas enfermedades crónicas, deterioro cognitivo, trastornos psicológicos y limitaciones de las funciones físicas, lo que causa una enorme carga para los individuos, las familias y la sociedad. Se necesitan con urgencia enfoques para lograr un envejecimiento saludable, definido típicamente como un envejecimiento libre de enfermedades y saludable física, mental y cognitivamente. Sin embargo, sólo entre el 10% y el 35% de los adultos mayores logran un envejecimiento saludable. La identificación de factores modificables para un envejecimiento saludable puede informar las intervenciones para promover este resultado.
Las conductas de veinticuatro horas se pueden dividir en conducta de sueño, conducta sedentaria (SB), actividad física de intensidad ligera (LPA) y actividad física de intensidad moderada a vigorosa (MVPA), que son importantes factores modificables para la salud. Entre ellos, MVPA se ha asociado con mayores probabilidades de un envejecimiento saludable y se ha demostrado que la duración del sueño tiene una asociación en forma de U invertida con un envejecimiento saludable, con 7 horas de sueño diarias asociadas con las mayores probabilidades de un envejecimiento saludable; sin embargo, como objetivos de intervención conductual potencialmente importantes para los adultos mayores, rara vez se informan las asociaciones entre SB, LPA y el envejecimiento saludable. En la sociedad moderna, la MVPA representa sólo aproximadamente el 4% del tiempo de vigilia de los adultos, mientras que el tiempo dedicado a SB ocupa aproximadamente el 60% del tiempo de vigilia de los adultos y ha aumentado significativamente con el tiempo. Explorar la asociación del SB con la salud de los adultos mayores se ha vuelto particularmente importante. Utilizando modelos de sustitución isotemporal (ISM), los estudios han encontrado que reemplazar la SB con actividad física podría reducir el riesgo de mortalidad. Sin embargo, aún no está claro si las mismas sustituciones pueden promover un envejecimiento saludable, que considera no sólo el estado de supervivencia sino también el estado de enfermedad y la función mental, física y cognitiva.
Principales resultados y medidas: El envejecimiento saludable se definió como la supervivencia hasta al menos los 70 años con el mantenimiento de 4 dominios de salud (es decir, sin enfermedades crónicas importantes y sin deterioro de la memoria subjetiva, la función física o la salud mental). Se utilizó el modelo de sustitución isotemporal para evaluar el impacto potencial sobre el envejecimiento saludable de reemplazar 1 hora de un comportamiento con una duración equivalente de otro.
Resultados: Entre 45.176 participantes (edad media [DE], 59,2 [6,0] años), en total, 3.873 (8,6%) mujeres lograron un envejecimiento saludable. Después del ajuste de las covariables, incluida la MVPA, cada incremento de 2 horas diarias sentado viendo televisión se asoció con una reducción del 12 % (IC del 95 %, 7 %-17 %) en las probabilidades de un envejecimiento saludable.
Por el contrario, cada aumento de 2 horas por día en LPA-Work se asoció con un aumento del 6% (IC del 95%, 3%-9%) en las probabilidades de un envejecimiento saludable. Reemplazar 1 hora de estar sentado viendo televisión con LPA-Home (OR, 1,08; IC 95%, 1,05-1,12), LPA-Work (OR, 1,10; IC 95%, 1,07-1,14) o MVPA (OR, 1,28; 95 % IC, 1,23-1,34) se asoció con mayores probabilidades de un envejecimiento saludable. Entre los participantes que dormían 7 horas al día o menos, reemplazar el tiempo de televisión con sueño también se asoció con mayores probabilidades de un envejecimiento saludable.
Conclusiones y relevancia:
En este estudio de cohorte, pasar más tiempo viendo televisión disminuyó las probabilidades de un envejecimiento saludable, mientras que LPA y MVPA aumentaron las probabilidades de un envejecimiento saludable y reemplazaron estar sentados viendo televisión con LPA o MVPA, o con sueño en aquellos que dormían 7 horas por día o menos. Se asoció con mayores probabilidades de un envejecimiento saludable, lo que proporciona evidencia para reorganizar el comportamiento de 24 horas para promover la salud general.
LOS COMPUTADORES
A propósito del tema, un grupo de investigadores de instituciones médicas chinas identificó que el uso prolongado de la computadora con fines recreativos incrementa el riesgo de padecer de disfunción eréctil, informó la editorial científica Wiley, citada por MedicalXpress.
La disfunción eréctil es la incapacidad para lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual. La mayoría de los casos de disfunción eréctil están relacionados con trastornos vasculares, neurológicos, psicológicos u hormonales, aunque en ocasiones también son provocados por el uso de medicamentos.
Un nuevo estudio recientemente publicado en la revista Andrology, muestra que, por cada 72 minutos adicionales que un hombre pasa frente a la computadora durante su tiempo libre, las probabilidades de desarrollar disfunción eréctil aumentan 3,57 veces.
Los científicos llegaron a este resultado después de examinar tres conductas sedentarias de ocio (mirar televisión, conducir y usar la computadora) en los datos de más de 200.000 hombres de entre 40 y 60 años. Esta información se obtuvo del Biobanco del Reino Unido, una base de datos de los registros médicos y del estilo de vida de más de medio millón de británicos.
No obstante, no se encontró evidencia que sugiera que las otras actividades (mirar la televisión y conducir) incrementen el riesgo de disfunción eréctil. Por otro lado, los especialistas descubrieron que el uso de la computadora no estaba asociado con la depresión, la ansiedad o indicadores de salud de los vasos sanguíneos, sino con niveles más bajos de la hormona fólico estimulante, que estimula la producción de esperma.
Un investigador de la Universidad Médica Naval de Shanghái (China), Zhao Huangfu, indica que los cambios en el estilo de vida “podrían reducir la prevalencia de la disfunción eréctil del 66 al 44 %”. Sin embargo, recalca que es fundamental “considerar la intensidad y la frecuencia de la actividad física”.
“En la actualidad no existe una regulación clara sobre la cantidad y frecuencia de la actividad física diaria requerida para el tratamiento de disfunciones eréctiles de diferentes tipos y gravedad o para la prevención de la disfunción eréctil”, señala Huangfu, que añade que “el ejercicio aeróbico con una intensidad de moderada a vigorosa es el tipo de ejercicio más eficaz para mejorar la erección”.
A pesar de que la investigación proporcionó evidencia de la relación entre el uso de la computadora y el riesgo de disfunción eréctil, los científicos necesitan más investigaciones para determinar “una asociación causal definitiva”.
(Información RT y Jama Network).