Por: Carlos Fradique-Mendez
EDUCACION PARA LA VIDA EN FAMILIA
Esta es la lección 833 del diplomado en educación para la vida en familia y el tema es EL DEBER DE CONOCER Y APLICAR EN JUSTICIA LA CONSTITUCION Y LAS LEYES
El universo pervive porque cumple segundo a segundo, nanosegundos se miden hoy, el orden en el que fue creado. Cada estrella, cada planeta, cada satélite, cada cometa tienen su propio espacio de vida y los respetan al milímetro. Cuando uno de ellos se salga de su orbita el universo, el inmenso universo que todavía no conocemos, se enloquecerá y se destruirá.
De manera semejante debemos actuar los seres humanos en la tierra.- Cada cual en su órbita, gozando de sus derechos y de manera responsable respetando y garantizando los derechos de los demás. Las orbitas de los humanos tienen cierto grado de flexibilidad dentro de los parámetros de libertad y dignidad de cada persona.
Desde hace siglos aceptamos respetar unas reglas y firmamos un contrato que llamamos social y que gira alrededor de la constitución y las leyes. Nuestro último contrato lo firmamos hace 33 años, se promulgó el 4 de julio y rige desde el 7 de julio de 1991. Lo llamamos constitución de 1991 y desde entonces todas las leyes y demás normas y nuestro comportamiento deben ajustarse a ese contrato.
El fin de la Constitución y las leyes es “fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes, es decir a todos nosotros, la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana”
Para lograr estos fines debemos actuar como un relojito, mejor la idea del antiguo reloj mecánico, las personas como particulares y las personas como funcionarios, todos en función de lograr los fines de la Constitución y las leyes.
De lo anterior deriva que nuestra felicidad, nuestra vida digna, nuestra sana convivencia, resulta de la armonía de un trípode maravilloso: uno, la Constitución y las leyes, dos, las personas como individuos, como familia y como sociedad y tres, las personas como funcionarios. Uno para todos y todos para uno.
¿El trípode está funcionando? Si no funciona bien debemos ajustarlo para lograr los fines de la Constitución y las leyes. La tarea de reconstrucción debemos empezarla ya.
Su amigo, abogado y profesor
Carlos Fradique-Méndez
3153374680