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Pares presentó informe sobre homicidios de líderes y lideresas ambientales en Colombia en el marco de la COP16.

–La Fundación Paz y Reconciliación, Pares, a través de su director Francisco Daza, presentó en el marco de la COP16 en Cali un informe sobre homicidios de líderes y lideresas ambientales en Colombia, en el cual destacó también la incidencia en el medio ambiente de la disputa de los actores armados por el control territorial y la explotación de los recursos naturales como la minería, el tráfico de madera y la plantación de cultivos ilícitos, con fines económicos.

Uno de los datos que sorprendió en el lanzamiento fue que, si bien, el informe de Global Witness reseña que Colombia siendo uno de los países más violentos para los liderazgos ambientales en los últimos 30 años, aún así, se identificó que desde el 2018 al 2024 los homicidios han disminuido.

“Al comparar los años 2023 y 2024 se evidencia una diferencia significativa en las cifras: entre enero y agosto de 2023 se cometieron 54 crímenes; mientras que, en el mismo periodo en el 2024, la cifra de homicidios se redujo a 20 casos”, precisa el documento.

El informe critica el actuar del Estado, que, por acción u omisión, no ha sido capaz de salvaguardar la vida de los lideres ambientales ya que desde agosto del 2018 al 2024 han sido asesinados 361. Advierte que esta es la última estrategia a la que recurren los diferentes grupos armados y demás victimarios, pues antes de ello se dan amenazas, intimidaciones a familiares, desplazamientos forzados y secuestros como formas de intimidación para que abandonen su activismo.

La comunidad indígena es la que más se ha visto victimizada por estos hechos, con 133 asesinados, especialmente en Cauca y Nariño donde la defensa de su territorio es concebida como un bien común y no un bien mercantil. Los campesinos son el segundo grupo más victimizado, especialmente en el departamento de Antioquia.

Los perpetradores de estos homicidios han sido tanto grupos al margen de la ley como el Estado en menor proporción, aunque destaca preocupante que en 237 de los casos no se haya podido identificar al perpetrador de los asesinatos dando vía libre a la impunidad. El 66% de los asesinatos de líderes ambientalistas desde el 2018 a la actualidad no tienen un actor identificado.

El informe le dedica una sección a los niveles de esclarecimiento de casos de violencia homicida contra estos líderes ambientales, resaltando la poca celeridad que se le dan a estos en instancias judiciales, siendo un gran limitante al momento de exigir justicia.

De los actores identificados, se establece que algunos de ellos son grupos armados como el clan del golfo, el Eln, la segunda Marquetalia, el llamado estado mayor central, que han aumentado su presencia en los diferentes territorios del país, afectando en igual medida los liderazgos ambientales que se convierten en objetivo militar por denunciar la degradación del medio ambiente.

Francisco Daza advirtió este informe sobre violencia contra liderazgos ambientales va más allá de una cifras, pues destaca las voces de las personas que fueron asesinadas y de otras que aún siguen vivas y reclaman la importancia de la defensa del medio ambiente”.

Entre ellas se encuentran las historias particulares de Jaime Monge, el Protector de los Farallones, y de Juana María Perea, la lideresa del Golfo de Tribugá; un líder y una lideresa que hasta el último día de sus vidas estuvieron comprometidos en proteger aquello que amaban: la Naturaleza.

Al finalizar el lanzamiento Francisco Daza hizo un énfasis en la importancia del esclarecimiento de los crímenes contra los líderes ambientales, pues subrayó que si no hay claridad sobre lo ocurrido esto se puede incrementar y fomentar la inseguridad de aquellos que defienden los ecosistemas en Colombia.

En la presentación se compartió un video de la lideresa venezolana Nancy Herrera amenazada por la defensa del territorio y oponerse a la minería legal e ilegal en la frontera venezolana. Con estas imágenes hizo una invitación a otros líderes y organizaciones a denunciar y a que encuentren en la Fundación Pares un espacio seguro para dialogar sobre estas violencias. (Información Isabela Puyana, Pares).

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