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Cartagena celebró sus 40 años como Patrimonio Histórico de la Humanidad sobre las ruinas del edificio Aquarela

–(Foto celebración sobre los escombros, Mincultura). La celebración este sábado 2 de noviembre de los 40 años de Cartagena como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, tuvo una característica especial. Lo hizo sobre las ruinas del edificio Aquarela, cuya construcción estuvo a punto de quitarle el título a la Heróica. Allí, en inmediaciones del Castillo de San Felipe, uno de los referentes de la ciudad, se cumplió la ceremonia en el lote donde solo quedaron los escombros, encabezada por la alcaldía, el Ministerio de las Culturas y la Unesco.

La amenaza que representó la polémica mole de concreto llegó a su fin, tras ser demolidad en su totalidad.


El alcalde mayor de Cartagena, Dumek Turbay Paz, destacó que cumplió su promesa hacia Cartagena y el país: “Se acabó el adefesio”, como denominó la polémica edificación, que estuvo siete años en pie, pese a las advertencias de la Unesco sobre el riesgo que representaba para el Patrimonio de la Humanidad, al interferir con la visual del Castillo San Felipe de Barajas.

En solo seis meses, desde el inicio del proceso de su desmomente, el Gobierno del alcalde Dumek Turbay Paz logró lo que solo fueron promesas fallidas durante siete años: el fin de una pesadilla para la arquitectura y el renombre de Cartagena ante el mundo.

La obra terminó la noche anterior, y así lo dio a conocer el director de la Empresa de Desarrollo Urbano de Bolívar, Edurbe, Alfonso Nieves:


En 2017 la Unesco ordenó derribar el edificio Aquarela, pues su construcción “perturbaría y destruiría… la relación histórico visual y simbólica existente entre el castillo y sus alrededores”.

Así, después de más de tres décadas de reconocimiento internacional, Cartagena experimentó por primera vez el riesgo de perder lo que con todos los méritos había conseguido la noche del 2 de noviembre de 1984, cuando la octava sesión del Comité del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, celebrado en Buenos Aires, Argentina, la engalanó ante el mundo como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.

Las advertencias de la Unesco no pararon ahí. El 22 de enero de 2018, una vez más comunicó que el edificio Aquarela afectaba al patrimonio que representa el Castillo San Felipe. Por ello, en aquel entonces, le solicitó al Ministerio de Cultura intervenir y garantizar la protección del monumento, al considerar que esa edificación generaba un impacto negativo. Sin embargo, todo se resumía a plazos incumplidos y una amenaza latente al patrimonio de los cartageneros. Fueron años perdidos y la polémica mole seguía en pie.

Pero finalmente, la Alcaldía Mayor de Cartagena encargó Edurbe el proceso de demolición, que fue contratado con la empresa Atila, con reputada trayectoria en ese tipo de tareas.

Y así, con una inversión cercana a los 11 mil millones de pesos, se cumplió el desmonte de los 27 pisos de la torre que puso en riesgo la declaratoria de Patrimonio Histórico de Cartagena.


La primera fase se llevó a cabo mediante técnicas de demolición con maquinaria convencional. Durante esta etapa, se derribaron seis niveles, desde el piso 25 hasta el 20.

En la segunda fase se implementó un método de cortes diamantados y desmonte de módulos de muros y losas de concreto, utilizando grúas de alta capacidad de carga. En esta fase, se desmontaron 10 niveles, del piso 19 al 10.

En la tercera fase se incluyó el uso de maquinaria de largo alcance para la demolición, hasta derribar el piso 4.

Finalmente, en la cuarta fase, con el uso de maquinaria estándar, se abarcó la demolición de los últimos tres niveles.