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Construyamos Familia Opinión

A los gritos no

 Por : Carlos Fradique-Mendez

EDUCACION PARA LA VIDA EN FAMILIA

Esta es la lección 820 del diplomado en educación para la vida en familia y el tema es A LOS GRITOS NO.

La Constitución de 1991, que no solo puede ser un texto que inspire conferencias y publicaciones, se debe hacer realidad viviente en cada persona, en cada familia, en cada sociedad.

La Constitución rige para que vivamos sanamente, en paz, en prosperidad social, para que respetemos la vida en todas sus formas, para que cultivemos la libertad, la justicia.

El Art. 42 ordena que toda forma de violencia debe ser castigada por la ley. Más que castigada debe ser prevenida. Las formas de violencia son múltiples.  Hoy me refiero a la violencia verbal, a la de los insultos, las groserías, las humillaciones y entre todas ellas a las que se expresan con gritos y hasta desprecios.

Gritos entre integrantes de la pareja, de progenitores hacia sus hijos, de padrastros que se creen dueños de la vida de sus parejas y de los hijos e hijas de la mujer con la que conviven.

El grito puede ser una manifestación de ignorancia, de cobardía, de abuso de poder. Grita el más fuerte frente al débil. No hago referencia a los gritos de desespero de grupos oprimidos que se organizan para pedir justicia, respeto, garantías de sus derechos. Cada uno de Uds. puede sacar sus propias conclusiones respecto de estos gritos que son manifestaciones sociales y en algunos casos, gritos de angustia.

No es raro ver a mamás, papás y hasta hermanos mayores gritando a sus hijos infantes o adolescentes y hermanos menores, para darles órdenes o para exigir obediencia.  ¿Es consecuencia de  lo que aprendieron en casa? ¿Es ignorancia? ¿Es desconocimiento de que con un buen dialogo amable pueden lograr los mismos resultados, pero con mejores efectos?

El buen diálogo siembra paz, dulzura, respeto, solidaridad entre los integrantes de la familia.

Cambiemos los gritos, los insultos, las groserías, por conversaciones amables, llenas de afecto, de amor, de solidaridad.

Los gritos enferman, hacen perder neuronas, acortan la vida, afean a las personas, siembran rechazo social y dejan a los gritones y gritonas en espacios relejados.

En vez de gritar démonos un abrazo de PAZ EN LA FAMILIA, DE AMOR EN LA SOCIEDAD.

Su amigo, abogado y profesor

Carlos Fradique-Méndez

3153374680