–(Imagen @COP29_AZ). La conferencia sobre el clima, celebrada en Bakú, la capital de Azerbaiyán, ha llegado a su fin después de dos semanas difíciles. Caracterizada por la ausencia de líderes mundiales, grandes desacuerdos y la dinámica geopolítica, las conversaciones se prolongaron por varias horas antes de que finalmente viera la luz un acuerdo. El objetivo de este es que fluyan de los países desarrollados a los países en desarrollo “al menos” 300.000 millones de dólares anuales en financiación climática para 2035.
La representante de India calificó ese objetivo de “suma insignificante”: “Esperamos una ambición mucho mayor por parte de los países desarrollados”, dijo, añadiendo que la suma “no inspira confianza en que salgamos de este grave problema del cambio climático”.
En Bakú, el fracaso de la COP29 “no es una opción”, había dicho el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el jueves (21.11.2024). Pero el sábado, ese fracaso se hizo visible, cuando los delegados de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por sus siglas en inglés), y los de los Países Menos Desarrollados (LDC), abandonaron las conversaciones alegando que sus preocupaciones no estaban siendo escuchadas.
“Lo que está sucediendo aquí pone de relieve cuán diferente es la situación en la que se encuentran nuestros países vulnerables, en comparación con los países desarrollados”, dijo Cedric Schuster, el presidente samoano del grupo. “Después de que termine esta COP29, no podemos simplemente navegar hacia el ocaso. Nos estamos hundiendo literalmente”.
El objetivo principal de la COP29 era lograr que los cerca de 200 países acordaran un nuevo objetivo de financiación climática que podría reemplazar el objetivo actual de 100.000 millones de dólares (alrededor de 95.000 millones de euros) por año.
Este paquete tiene como fin ayudar a los países en vías de desarrollo a frenar las emisiones de gases invernadero, a abandonar los combustibles fósiles y a adaptarse al calentamiento global. Pero hubo dos grandes puntos de conflicto: qué países deberían pagar los gastos y cuál sería el monto del fondo financiero.
Los países en desarrollo presionaron para recaudar al menos un billón de dólares al año, una suma que, según renombrados expertos en economía, es necesaria para responder a la crisis climática. Pero los países industrializados, sin especificar cifras concretas hasta el último día, dijeron que para recaudar dinero necesitan la participación del sector privado.
La promesa de 300.000 millones de dólares es muy inferior a la suma que esperaban los países en desarrollo. Los países de bajos ingresos están sufriendo inundaciones, sequías, olas de calor, tormentas y un aumento del nivel del mar cada vez más extremos, y no tienen los recursos para hacerles frente.
Los países desarrollados son responsables de la mayoría de las emisiones históricas que provocan el calentamiento del planeta. Según estimaciones, se espera que para 2050 el cambio climático cause daños por valor de 38 billones de dólares en todo el mundo.
El nuevo texto, publicado a primera hora de la mañana del domingo, intentó dar la esperanza de que se avanzará hacia los 1,3 billones de dólares, a través de “donaciones e instrumentos que no generen deuda”. (Información Tim Schauenberg/ Holly Young, DW).