Papa Francisco: Sus 10 deseos por Navidad y el Jubileo, uno de ellos para Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua
–El Papa Francisco expresó 10 deseos sobre temas que le son queridos y cercanos, en su mensaje por Navidad, antes de la bendición Urbi et Orbi (para la ciudad de Roma y el mundo) en el Vaticano y ante miles de fieles presentes, uno de los cuales se refiere a cuatro países de Latinoamérica.
El Pontífice bendijo a todos los presentes, confiriendo además la indulgencia plenaria, con la fórmula que leyó en latín, recordando que el Señor le ha dado la autoridad para hacerlo.
En su mensaje, que leyó desde la logia (balcón) de la Basílica de San Pedro, bajo el sol romano, el Santo Padre compartió 10 deseos para todos en este Jubileo iniciado ayer con la apertura de la Puerta Santa.
1. Dios perdona todo: Dejémonos perdonar por Él
“Hermanos y hermanas, la puerta del corazón de Dios está siempre abierta, regresemos a Él. Volvamos al corazón que nos ama y nos perdona. Dejémonos perdonar por Él, dejémonos reconciliar con Él. Dios perdona siempre, Dios perdona todo, dejémonos perdonar por Él”, exhortó el Santo Padre.
“Este es el significado de la Puerta Santa del Jubileo, que ayer por la noche abrí aquí en San Pedro: representa a Jesús, Puerta de salvación abierta a todos. Jesús es la Puerta que el Padre misericordioso ha abierto en medio del mundo, en medio de la historia, para que todos podamos volver a Él”, agregó.
“Hermanos y hermanas, no tengan miedo. La Puerta está abierta, abierta de par en par. No es necesario tocar”, sólo hace falta cruzar, exhortó el Papa Francisco.
2. El Papa Francisco anima a ser peregrinos de la esperanza
“En esta Navidad, inicio del Año jubilar, invito a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas, ¡hacer silenciar las armas! y superar las divisiones”, instó el Papa.
3. “Que callen las armas en la martirizada Ucrania”
Sobre este tema, al que se ha referido muchas veces siempre alentando el cese al fuego y la paz, el Papa Francisco hizo votos para “que se tenga la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera”.
4. Papa Francisco: “Que callen las armas en Oriente Medio”
Respecto a este deseo, al que se ha referido en innumerables ocasiones, especialmente al concluir el rezo del Ángelus los domingos, el Papa Francisco dijo: “Con los ojos fijos en la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas de Palestina e Israel, en particular a la querida comunidad de Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima. Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra. También soy cercano a la comunidad cristiana del Líbano, sobre todo del sur, y a la de Siria, en este momento tan delicado”.
“Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, lacerada por el conflicto. Y quiero recordar aquí también al pueblo libio, animándolo a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional”, alentó.
5. Un deseo para Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua
“Que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular pienso en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua, y se trabaje, especialmente durante este Año jubilar, para edificar el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando las divisiones políticas”.
6. La esperanza para África en el corazón del Santo Padre
“Que el nacimiento del Salvador traiga un tiempo de esperanza a las familias de miles de niños que están muriendo a causa de la epidemia de sarampión en la República Democrática del Congo, así como a las poblaciones del oriente de ese país y a las de Burkina Faso, de Malí, de Níger y de Mozambique”, instó Francisco.
“La crisis humanitaria que las golpea está causada principalmente por conflictos armados y por la plaga del terrorismo y se agrava por los efectos devastadores del cambio climático, que provoca la pérdida de vidas humanas y el desplazamiento de millones de personas. Pienso también en las poblaciones de los países del Cuerno de África para los que imploro los dones de la paz, la concordia y la fraternidad”.
7. Ayuda humanitaria para Sudán
El Papa Francisco también expresó su anhelo de “que el Hijo del Altísimo sostenga el compromiso de la comunidad internacional para favorecer el acceso de la población civil de Sudán a las ayudas humanitarias y poner en marcha nuevas negociaciones con el propósito de un alto el fuego”.
8. Consuelo para Myanmar en Asia
“Que el anuncio de la Navidad traiga consuelo a los habitantes de Myanmar, que, a causa de los continuos enfrentamientos armados, padecen grandes sufrimientos y son obligados a huir de sus casas”, rogó el Papa.
9. Papa Francisco: Que se ponga fin a la división en Chipre
“Que el Jubileo sea ocasión para derribar todos los muros de separación: los ideológicos, que tantas veces marcan la vida política, y los materiales, como la división que afecta desde hace ya cincuenta años a la isla de Chipre y que ha lacerado el tejido humano y social. Hago votos para que se pueda alcanzar una solución compartida, que ponga fin a la división respetando plenamente los derechos y la dignidad de todas las comunidades chipriotas”, dijo el Santo Padre.
10. Que cada uno perdone las ofensas recibidas
Tras resaltar que Jesús espera a todos: los más frágiles, los niños que sufren la guerra y el hambre, los ancianos, los desempleados, los presos o los muchos que son perseguidos a causa de su fe, el Papa Francisco manifestó su anhelo de que “el Jubileo sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países más pobres”.
“Cada uno de nosotros está llamado a perdonar las ofensas recibidas, porque el Hijo de Dios, que nació en la fría oscuridad de la noche, perdona todas nuestras ofensas. Él ha venido a curarnos y perdonarnos”, subrayó el Pontífice.
En un gesto cargado de simbolismo, el Papa Francisco abrió este 26 de diciembre la segunda Puerta Santa del Jubileo de la Esperanza 2025 en la cárcel de Rebibbia, ubicada a las afueras Roma.
A su llegada a la iglesia del Padre Nuestro, situada junto al centro penitenciario, el Pontífice explicó su decisión de elegir una prisión: “Quise que la segunda Puerta Santa estuviera en una cárcel para que todos, tanto dentro como fuera, pudiéramos abrir la puerta del corazón y entender que la esperanza no defrauda”.
Posteriormente, el Papa Francisco golpeó la puerta seis veces y ésta se abrió de par en par. Más tarde, cruzó el umbral caminando, a diferencia de la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, cuando lo hizo en silla de ruedas.
Tras el rito de apertura, el Santo Padre presidió una Misa con la presencia de algunos reclusos y sus familias. Según las autoridades, participaron 300 personas y otras 300 siguieron la Misa desde el exterior del templo.
El Papa Francisco quiso dejar a un lado la homilía escrita para pronunciar unas palabras improvisadas. En su mensaje, quiso subrayar dos ideas esenciales: la esperanza nunca defrauda y la necesidad de mantener abiertas las puertas del corazón.
“El gesto de abrir las puertas santas es hermoso, pero lo más importante es lo que significa: abrir los corazones”, destacó el Pontífice. Añadió que “los corazones duros no ayudan a vivir” y que la gracia del Jubileo reside precisamente en abrirse a la esperanza.
Comparó la esperanza con un ancla agarrada a una cuerda que nos sostiene en los momentos difíciles: “La cuerda a veces puede lastimarnos las manos», pero siempre nos ayuda a avanzar.
También lamentó que un corazón cerrado “se endurece como una piedra” y pierde la capacidad de sentir ternura, e insistió en la necesidad de mantener las puertas del corazón abiertas. Antes de concluir, aseguró a los internos que reza por ellos cada día.
Al final de la liturgia, los reclusos entregaron al Santo Padre varios regalos, entre ellos una reproducción en miniatura de la puerta de la iglesia del Padre Nuestro, realizada con madera de las barcas de migrantes y un cuadro que representa a Cristo salvador.
La visita a Rebibbia responde a las directrices de la bula Spes non confundit, en la que se insta a ser “signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria”.
En especial, el texto papal recuerda a los presos, quienes, además de sufrir la privación de libertad, enfrentan “el vacío afectivo, las restricciones impuestas y, en muchos casos, la falta de respeto”.
(Información Walter Sánchez Silva, Almudena Martínez-Bordiú, Aciprensa).