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ACNUR llama a tomar acciones concretas para desplazados

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, pidió acciones concretas para los desplazados por la violencia en Colombia al observar sus precarias condiciones en una visita al barrio de Soacha, a las afueras de Bogotá, donde vive un gran número de ellos.

«Hay mucho trabajo por hacer», advirtió Guterres al concluir la visita a un conglomerado de frágiles viviendas que desafiando todas las condiciones de seguridad fueron construidas sobre la ladera de una de las montañas que rodean la capital colombiana.

El Alto Comisionado caminó por las empinadas trochas de barro a cuyos costados se levantan desordenadamente casas de lata, tablas y plástico, y donde viven cerca de 55.000 desplazados.

«Esto demuestra las condiciones de precariedad en que vive la población desplazada», dijo Guterres.

También «demuestra el enorme camino que hay que recorrer para garantizar a estas poblaciones el pleno usufructo de sus derechos, condiciones de vida, de empleo y vivienda adecuada. Hay mucho trabajo por hacer», dijo en declaraciones a periodistas en el lugar.

Soacha, distante 18 km de Bogotá, que en el pasado era conocida por las canteras de donde se extraía arena de la mejor calidad, se convirtió en los últimos años en un refugio de quienes huyen de las guerrillas izquierdistas o de los paramilitares de extrema derecha.

Es el caso de Petrona Mosquera, una mujer negra de 53 años desplazada del departamento de Chocó (sobre la costa Pacífica), que llegó a este lugar con sus cinco hijos por las amenazas de los dos bandos contra su marido, empleado en un aserradero, según narró a la AFP.

Mosquera se quejó de que el gobierno no les envía la ayuda, «por lo que algunas tienen que vender su cuerpo para alimentar a su hijos», pues cuando buscan un empleo las «discriminan por ser desplazadas y negras».

«Nosotros también somos colombianos, somos hermanos. Lo que nos pasó fue que de la noche a la mañana lo perdimos todo», se lamentó.

Igualmente proveniente del Chocó, Héctor Flores, de 58 años, llegó en 2006 a esta asentamiento luego de que los paramilitares de extrema derecha le mataran a su hijo de 22 años porque no quiso unirse a ellos.

Con una hija y una nieta, este hombre que trabaja ocasionalmente en la construcción, dijo que el gobierno los tiene olvidados. «Sólo me dio una ayuda de 900.075 pesos (unos 450 dólares) durante tres meses», contó, aunque aseguró que no quiere subsidios sino un trabajo estable.

Unos 3,5 millones de colombianos han sido desplazados por causa del conflicto armado en los últimos 50 años, según las cifras que maneja la ACNUR basadas en el censo oficial que tiene el gobierno colombiano.

Para el jefe de la ACNUR, pese a que «Colombia tiene el marco jurídico y constitucional más avanzado del mundo en materia de protección de personas desplazadas, el gran reto es hacerlo concreto en la práctica».

Guterres celebró una iniciativa legal del gobierno de Santos que busca devolver cerca de 2 millones de hectáreas de tierra a los campesinos despojados en los próximos cuatro años.

«Es un marco muy importante para garantizar a los desplazados el pleno usufructo de su ciudadanía. Estamos muy comprometidos en apoyar todo lo que tenga que ver con el reconocimiento de sus derechos», agregó.

Tras su visita a Colombia, Guterres viajará este fin de semana a Ecuador, para conocer la situación de los desplazados colombianos que se han refugiado en ese país. AFP

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