Fuertes enfrentamientos entre las Farc y la banda criminal Los Rastrojos, formada por paramilitares colombianos desmovilizados, dejaron al menos 15 muertos en el Cauca (suroeste), donde ambos grupos se disputan las rutas del narcotráfico.
«Hay aproximadamente unos 15 muertos» y, según las primeras informaciones, «todos serían de Los Rastrojos», confirmó a Efe por teléfono el secretario de Gobierno del Cauca, Álvaro Grijalba.
Agregó que los cadáveres van a ser trasladados a Popayán, la capital regional, donde se harán las necropsias, y que la Policía y el Ejército tienen a esta hora el «manejo» de la zona en la que ocurrieron los combates, cercana al municipio de Argelia.
Por su parte, el gobernador del Cauca, Guillermo Alberto González, señaló a los medios locales que los enfrentamientos se registraron entre la tarde y la noche de este jueves entre frentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que operan en la región y Los Rastrojos.
Los combates se produjeron «por el dominio de la zona, altamente permeada por el narcotráfico», anotó González.
De hecho, la zona de los enfrentamientos, en el sur del Cauca, cerca de la frontera con el vecino departamento de Nariño, es usada tanto por las FARC como por las nuevas bandas criminales vinculadas al narcotráfico e integradas por exparamilitares para sacar droga por el Pacífico.
Estas bandas (bacrim, como las llaman las autoridades) se han convertido en la nueva prioridad en materia de seguridad para el Gobierno que preside Juan Manuel Santos, ya que ellas mismas se atribuyeron unas 400 víctimas mortales durante 2010.
Según datos de organizaciones no gubernamentales, el año pasado cometieron más de 600 acciones violentas, frente a unas 350 de las FARC, y asesinaron a unas 600 personas sólo en el departamento de Córdoba (norte), cuna de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que se desarmaron entre 2003 y 2006.
El ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, alertó recientemente de que las relaciones entre esos grupos y las F «son cada vez más estrechas».
Y el comandante de las Fuerzas Militares, el almirante Edgar Cely, vaticinó a corto plazo a unas Farc «en proceso de bacranización», en alusión a las bacrim, porque lo que buscan es «mantener los corredores de la droga».
Actualmente hay zonas donde las Farc confluyen con las nuevas bandas criminales: Córdoba (norte) Cauca y Nariño (suroeste), Catatumbo (este) y Caquetá (sur), todos ellos en áreas estratégicas para el negocio del narcotráfico.
La ONG Corporación Nuevo Arco Iris, especialista en analizar el conflicto armado interno, coincide en que hay «pactos de no agresión» entre las bandas herederas de los paramilitares y las Farc en algunas de las citadas zonas y «acuerdos» para permitir la movilización de la cocaína en algunos corredores estratégicos.
Así lo afirmó en un artículo publicado en la última edición de la revista Semana el director de Nuevo Arco Iris, León Valencia, quien anotó, no obstante, que son «acercamientos temporales e inestables que muy pronto terminarán en disputas».
Como estos recientes combates en el Cauca, donde precisamente fueron secuestrados por las Farc dos contratistas de una multinacional este miércoles, el mismo día del inicio de un proceso de liberaciones prometidas por la propia guerrilla.
El presidente Santos confesó entonces que se planteó suspender el proceso de liberación de cinco rehenes de las Farc tras conocerse el secuestro de los dos contratistas de Cartón de Colombia, una filial de la multinacional irlandesa Smurfit Kappa, al criticar la «doble moral» del grupo guerrillero.
El primer liberado dentro de ese proceso fue el concejal Marcos Baquero, mientras que hoy fueron entregados en las selvas del Caquetá a una misión humanitaria liderada por la exsenadora Piedad Córdoba el también concejal Armando Acuña y el infante de Marina Henry López.
La tercera y última operación se cumplirá este domingo, cuando se prevé que sean liberados en Ibagué, capital del Tolima (centro), el mayor de la Policía Guillermo Solórzano y el cabo del Ejército Salín Sanmiguel.
EFE