Luego de un operativo realizado en 29 colegios distritales la Contraloría, el organismo denunció que en el plantel educativo Camilo Torres se encontraron vidrios en empaques de chocolatinas, que ni siquiera tienen los respectivos permisos fitosanitarios expedidos por el Invima.

Esta es una de las tantas irregularidades halladas por el ente de control, entre las cuales se encuentran que la recepción y almacenamiento de los alimentos no son los adecuados, debido a que permanecen a temperatura ambiente.

Además, las bolsas de los refrigerios contienen menos alimentos de los estipulados.

Por esta razón el contralor de Bogotá, Mario Solano Calderón, se pronunció al afirmar que los contratistas no están cumpliendo con el objeto del contrato en lo relacionado con la parte de la calidad y con el número de productos que ofrecen

“Los niños de Bogotá sin Hambre se están quedando sin las porciones que está pagando el Distrito, lo que afecta no solo las finanzas de la ciudad, sino el desarrollo de los menores”, sostuvo Solano Calderón.