Internacional

Egipto acude por primera vez a las urnas tras la caída de Mubarak

Los egipcios enfrentan este lunes los primeros comicios legislativos desde la caída de Hosni Mubarak en febrero, unas elecciones cruciales en las que el resultado de los islamistas es una de las principales determinantes, en un contexto de crisis política.

En los nueve meses transcurridos desde que una revuelta puso fin a las tres décadas del mandato del ex presidente, el cambio político en Egipto ha vacilado, ya que los militares aparentemente están más centrados en preservar su poder y privilegios que en fomentar cualquier cambio democrático.

La frustración estalló la semana pasada en unas sangrientas protestas que costaron 42 vidas y obligaron al consejo militar a prometer un Gobierno civil para julio después de las elecciones parlamentarias y unas presidenciales ahora previstas para junio, mucho antes de lo anticipado previamente.

No hubo reportes de graves incidentes violentos en la jornada. Sin embargo, se produjeron algunos choques entre un grupo de mujeres en una estación electoral de Alejandría que abrió tarde porque no habían llegado las papeletas.

Las tiendas de campaña de los manifestantes que exigen el fin inmediato del régimen militar seguían levantadas en la plaza Tahrir de El Cairo, pero tras una intensa lluvia nocturna sólo quedaban unas pocas decenas de manifestantes allí.

Al menos 1.000 personas hacían fila frente a una estación electoral en el distrito central de El Cairo de Zamalek cuando la votación comenzó a las 08.00 hora local (0600 GMT). La fila se extendía alrededor de la manzana. Carteles de los candidatos y partidos adornaban la calle.

El voto de este lunes concierne a un tercio de las gobernaciones en Egipto – es decir 17,5 millones de los casi 40 millones de electores potenciales – en particular El Cairo, Alejandría, segunda ciudad del país, y Luxor en Alto Egipto.

Cada vuelta de estas elecciones se desarrolla durante dos días, por lo que las oficinas de votación seguirán abiertas el martes.

El complejo sistema electoral egipcio prevé una división en tres regiones del país, que con más de 80 millones de habitantes, es el más poblado del mundo árabe.

El voto por la Asamblea popular (cámara de diputados) se llevará a cabo hasta el 11 de enero y los resultados completos serán conocidos dos días más tarde. Luego, del 29 de enero hasta el 11 de marzo, se llevará a cabo la elección de la Chura, la cámara alta consultiva.

La campaña electoral estuvo marcada por un aumento de la impugnación al poder militar que gobierna el país desde la caída de Mubarak, con violencias que dejaron 42 muertos y más de 3.000 heridos en enfrentamientos entre manifestantes y la policía en los últimos días.

Después de las elecciones en Túnez y en Marruecos, Egipto es el tercer país que celebra elecciones mayores en una región conmocionada por la «Primavera árabe».

El mariscal Hussein Tantaui, jefe del Estado de facto, impugnado desde hace varias semanas por miles de manifestantes, llamó el domingo a los egipcios a votar masivamente «para hacer surgir un Parlamento equilibrado que represente a todas la tendencias».

El movimiento de los Hermanos musulmanes, la fuerza política mejor estructurada del país, pero desde hace tiempo reducida a la ilegalidad, formó un partido, «Libertad y Justicia», para presentarse a esta votación de la que espera salir como el gran ganador.

Frente a los Hermanos musulmanes hay una decena de partidos salafistas (fundamentalistas musulmanes), liberales o de izquierdas, a menudo muy recientes y aún mal implantados.

Numerosos ediles del ex partido de Mubarak, actualmente ilegal, se presentan como independientes o dentro de nuevas formaciones políticas.

Miembros del ejército y de la policía estaban discretamente desplegados en torno a las oficinas de voto. En algunos barrios, «comités populares» fueron formados para evitar violencias.

En algunas oficinas de voto, algunos problemas administrativos retardaron el sufragio. En la escuela Omar Makram, en el barrio de Chubra en El Cairo, se pidió a los electores una vez que estuvieron en el interior del recinto, que esperaran pues el juez supervisor de la elección estaba atrasado.

El futuro Parlamento estará encargado de nombrar una comisión que deberá redactar una nueva Constitución, etapa decisiva en la transición del país hacia la democracia prometida después del levantamiento popular que llevó a la caída de Hosni Mubarak.

Las prerrogativas de este Parlamento son objeto de una pugna entre el Consejo supremo de las fuerzas armadas (CSFA), que dirige actualmente el país, los Hermanos musulmanes, y personalidades claves de la escena política, en particular el opositor Mohamed ElBaradei, que manifestó su apoyo a los manifestantes de la plaza Tahrir hostiles a los militares.

Santa Fe con agencias