A 22 años de prisión fue condenado un sacerdote de la Iglesia Católica por haber violado al menos 8 menores de edad entre 1975 y 1993.
Los hechos ocurrieron en tres localidades cercanas a Birmingham, en el centro de Inglaterra, mientras realizaba su trabajo en parroquias, orfanatos e internados.
El sacerdote fue identificado como Alexander Bede Walsh, de 58 años, quien fue arrestado en 2006 por la policía británica después de que dos de sus víctimas denunciaran que sufrieron abusos sexuales durante su infancia en la ciudad de Coventry.
Posteriormente otras seis víctimas se acercaron a imponer las denuncias respectivas.
El clérigo fue encausado por dos delitos sexuales graves y 19 cargos por agresión sexual contra niños de entre 8 y 16 años de edad, razón por la cual el juez manifestó que Bede Walsh se aprovechó de su estatus para para explotar a sus víctimas de manera “sistemática y depredadora”.
“Tu falta de vergüenza describe tu actitud respecto a estos delitos, no has mostrado remordimientos en ningún momento. Utilizaste el nombre de Dios y manipulaste sus enseñanzas para tus propios intereses”, le dijo el juez al pederasta.
La etapa del juicio se cerró, pese a que la fiscalía continúa con las investigaciones pues al parecer hay más víctimas del sacerdote que aún no ha denunciado.
Una vez conocida la condena, el arzobispo deBirmingham, Bernard Longley, dio a conocer su indignación por estas violaciones y calificó el hecho como algo ‘horrible’.
“Son crímenes horribles y lo primero que quiero hacer es expresar mi profunda vergüenza por lo que ha pasado. Se trata del mayor abuso de confianza. Quiero expresar mi profundo dolor y arrepentimiento a cada una de las víctimas y sus familias que confiaron en el padre Walsh como párroco”, dijo en ese comunicado.