La Cumbre de las Américas en Colombia no alcanzará acuerdos inmediatos sobre el problema de las drogas, si bien el debate de una regularización del consumo avanzó en los últimos meses más que en 40 años, dijeron tres ex presidentes latinoamericanos en una columna este domingo.
En el artículo “Drogas: está abierto el debate”, los ex mandatarios Fernando Henrique Cardoso de Brasil (1995-2002); César Gaviria de Colombia (1990-1994) y Ernesto Zedillo de México (1994-2000) se mostraron cautos frente a los resultados de la cumbre que se realizará el fin de semana en el puerto colombiano de Cartagena de Indias.
“De este encuentro de jefes de Estado no se deben esperar soluciones mágicas o acuerdos inmediatos sobre qué hacer. En este momento lo que importa es un debate serio y riguroso que permita a cada país encontrar las soluciones más adecuadas a su realidad”, sostuvieron en una columna publicada en el diario O Globo.
Los ex presidentes, que en el caso de Gaviria apoyaron la represión a las drogas promovida por Estados Unidos, destacaron el coraje de algunos gobiernos de plantear la necesidad de revisar la actual estrategia tras el fracaso del combate abierto al narcotráfico.
“En los últimos cuatro meses, la discusión avanzó más que en 40 años. Lo que parecía impensable está siendo discutido a la luz del día. Esto ocurre por la imposición de la realidad y por el coraje de los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, Otto Pérez Molina, de Guatemala, y Laura Chinchilla, de Costa Rica”.
Pérez y Santos han planteado la necesidad de discutir escenarios de despenalización de las drogas y Chinchilla ha hecho hincapié de la necesidad de buscar salidas ante el “fracaso” de la lucha contra el narcotráfico.
“Por su iniciativa, el tema de la droga fue incluido en la agenda de la Cumbre de las Américas”, recordaron.
Los ex jefes de Estado insistieron en denunciar el fracaso de la estrategia antidrogas. “Décadas de esfuerzos inmensos, liderados por Estados Unidos, no llevaron ni a la erradicación de la producción ni a la reducción del consumo”.
En ese sentido, apoyaron un plan que combine la represión al tráfico y una regularización del consumo de drogas como la marihuana, con énfasis en la tratamiento, rehabilitación y prevención.
“Regular no es la misma cosa que legalizar. Regular significa crear las condiciones para imponer restricciones y límites al comercio y consumo de un producto, sin situarlo en la ilegalidad”, añadieron en la columna. AFP