Científicos de Argentina demostraron que los sonidos fuertes pueden afectar la memoria y los mecanismos de aprendizaje en animales en desarrollo, mediante un experimento utilizando ratas, de entre 15 y 30 días, una edad equivalente a chicos de entre 6 y 22 años.
El estudio, que fue publicado en la revista Brain Research, demostró que tras dos horas de exposición, las ratas sufrieron daño celular en el cerebro. Las alteraciones se produjeron en la zona del hipocampo, una región asociada a la memoria y los procesos de aprendizaje.
“Esto sugiere que lo mismo podría ocurrir en humanos en etapa de desarrollo, aunque será difícil de comprobar debido a que no podemos exponer a niños a este tipo de experimentos”, explicó a BBC Mundo Laura Guelman, coordinadora del proyecto e investigadora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (Cefybo), de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Los expertos habían advertido que los ruidos a alto volumen provocan alteraciones auditivas, cardiovasculares y endocrinológicas (además de stress e irritabilidad), sin embargo, Guelman afirmó que “en los menores una exposición única a un sonido fuerte puede resultar más dañina que una exposición prolongada”.
En tanto, los científicos argentinos consideran que este estudio debería servir como una alarma para evitar la exposición de menores a sonidos fuertes.
Santa Fe con Agencias