Con una demanda fortalecida y una oferta que tiene restricciones de suelo y disponibilidad de servicios para el lanzamiento de nuevos proyectos, es natural que los precios de la vivienda tiendan a crecer como, en efecto, lo muestra el reporte presentado por el Dane.
Esto no quiere decir que el país tenga una excesiva valorización de los bienes inmuebles o que esté ante una posible burbuja en los precios de la vivienda, como lo han insinuado algunas personas en diversos escenarios públicos. Por el contrario, este incremento responde a la dinámica natural del mercado.
Al analizar en detalle las cifras del Dane, se encuentra también que hay grandes diferencias regionales, lo cual indica que el aumento de 11% no es generalizado para todas las ciudades. Por ejemplo, mientras en Cali, Medellín y Pereira los precios aumentaron 7% en promedio, ciudades como Bucarmanga y Barranquilla tienen un comportamiento más elevado.
Esto lo que ratifica es que la finca raíz sigue siendo un atractivo para la inversión y que es necesario seguir trabajando para generar una mayor la oferta, especialmente en el segmento de VIS y VIP, de manera que más colombianos tengan la oportunidad de invertir en su casa propia.
Por el lado de la demanda, es un buen momento para adquirir vivienda, particularmente por la reciente reducción en las tasas de interés de referencia del Banco de la República y la segunda fase del subsidio a la tasa de interés.